jueves, 31 de diciembre de 2009

La otra canción del 2009.


Según la revista Rolling Stone, la mejor canción del 2009 fue Empire state of mind, de Jay-Z, y sus lectores escogieron The fixer, de Pearl Jam (guau, gracias). Por su parte, Spin dice que Zero de Yeah Yeah Yeahs es la canción del año, mientras la audiencia de la revista votó por Unthought known, nuevamente de Pearl Jam (otro gracias). Y las ventas dicen en Billboard que la rola significativa del 2009 es Boom boom pow, de los Black Eyed Peas… órale.

Para mí, la canción que más me gustó e impactó este 2009 es sacada del último disco de Pearl Jam y se llama Just breath. Ya le dediqué un post. Así que hoy les comparto “la otra” canción del 2009. Y esta es… prrrrrrrrrr-taz: Sex on fire, de Kings of Leon.

Incluída en el disco Only by the night (2008), esta fue su primer sencillo. Es sexual, es tensa, es energética. ¿Cuántas veces hemos esperado a alguien, con deseos de comernos su alma y cuerpo… o que seamos nosotros los devorados? También resulta oscura y confusa, como buscando algo, pero sin plan y careciendo de guía. Una fuerza casi indomable, surgida desde el pecho y lista para explotar.

Gran viaje. ¿Y ustedes?



Sex on fire, de Kings of Leon.

Lay where you're laying
Don't make a sound
I know they're watching
they're watching

all the commontion
the Kiddie like play
has people talking

You
Your sex is on fire

The dark of the alley
The break of the day
Ahead while I'm driving
I'm driving

Soft lips are open
Them knuckles are pale
Feels like you're dying
You're dying

You
Your sex is on fire
And so
Were the words to transpire

Hot as a fever
Rattling bones
I could just taste it
Taste it

But it's not forever
But it's just tonight
Oh we're still the greatest
The greatest
The greatest

lunes, 28 de diciembre de 2009

Inlgourious Basterds – alto rango a Tarantino.


Amiga: Vos, que mala está la nueva de Tarantino, Bastardos sin gloria. Me decepcionó. Está aburridísima, solo hablan y hablan, matan y matan. Yo me dormí.
Yo: A mí me gustó mucho. Es que tenés que entender el estilo de Tarantino. Y los diálogos están fantásticos. Utilizó las dinámicas de películas de vaqueros, los famosos Spaguetti Western. Si sos detallista, disfrutá los gestos, las miradas, los cambios en tono de voz. La tensión que se maneja es tremenda, emocionante. Es como un juego psicológico, donde lo que se juega es la vida misma.

Amigo: Tiene demasiada violencia.
Yo: Sí, pero a un nivel adecuado. Porque Tarantino maneja golpes, muerte y sangre con un estilo “exagerado” y “absurdo”, muy afuera de la razón. Toma mucho del género gore. Así es su estilo de expresión. Entonces no podés criticar lo absurdo por más chocante que te parezca, porque es un hecho irregular y muy subjetivo. Recordate que es cine de autor, así que el director puede hacer lo que quiera, resulte real o no.

Amiga: Para mí solo un personaje valió la pena, el del oficial SS, Hans Landa.
Yo: Pues, no es el único que vale la pena, pero sí fue mi favorito. Según mi amigo Allan, el actor que lo interpretó es Christoph Waltz, muy talentoso y con mucha experiencia. No por nada se ganó un premio en el Festival de Cannes. Pero hay otros muy buenos. Tarantino tiene un talento increíble para perfilar personajes fuera de serie y encontrar actores perfectos para encarnarlos.

Amigo: Vos como sos fan, vas a defender a Tarantino en cualquier porquería que haga.
Yo: Sí, es muy probable.

jueves, 24 de diciembre de 2009

A Christmas tale.


Me gustan las películas navideñas. Tengo una lista de favoritas, pero la indiscutible número 1 es A Christmas tale. Esta comedia de 1983 se basa en los cuentos cortos autobiográficos y ficticios de Jean Parker Shepherd, un cuenta historias gringo de radio y televisión.

Esta película relata la navidad del niño de 9 años Ralphie y su familia Parker, con todos los prejuicios, costumbres y dramas de clase socioeconómica media durante la década de los 30s.

El humor es ácido y absurdo, de mis favoritos. De lo peculiar del filme es que existen muchas escenas tan bien logradas, que su audiencia a través del tiempo llega a escoger su favorita. Por ejemplo cuando un niño pega su lengua en un poste congelado, el primer disparo de Ralphie con su carabina nueva, la llegada de una lámpara en forma de pierna femenina o cuando los perros callejeros se comen el pavo de la familia.

Espero la encuentren durante su zapping navideño.

Ver escena de la lengua en el poste congelado.


Ver escena de Santa Claus.

lunes, 21 de diciembre de 2009

Metallica – La chica trashera.


Para uno de mis últimos Trash Attack, decidí medio arreglarme por si llegaba esa chava trashera que me gustaba. Hoy sí le hablaría. Llegué solo. Julio, mi usual compañero, tenía una fiesta de 15 años de una su prima.

Llegué algo tarde. Habían algunas malas noticias. Una era que Misery no tocaría, así que extrañaríamos escuchar sus covers de Metallica. Pero había otro grupo nuevo que sí tenía planeado echarse algunas de ese grupo. La otra mala nueva era que el restaurante de comida china le había subido el precio a las bolsas con cerveza, y ya no me alcanzaba el dinero. Esa tarde yo no tendría vitaminas para el valor y el dolor.

Entré y ahí estaba ella, recostada en la pared viendo a la banda que tocaba. Pelo oscuro y corto, párpados y labios pintados de negro, pantalón de lona roto y ajustado a su cintura y piernas delgadas, y su típica playera de Metal up your ass, de Metallica.

Revisé que sus amigas, a quienes les decíamos “las brujitas”, no estuvieran cerca. Respiré profundo, me persigné (en mi mente) y me dirigí hacia ella. “Me llega tu playera”, le dije. Ella me vio a los ojos, bajó la mirada hacia mi camiseta de Damage Inc., también de Metallica, y colocó su dedo índice en mi pecho. “¿Mota?”, me preguntó. “No gracias", le respondí. Levantó su mirada otra vez a mis ojos, los cerró y dijo “que si TENÉS mota, no si querés”. Fue mi primera estupidez. “No tengo, pero te consigo”, le aseguré y me alejé de ella. Segunda estupidez, porque ¿de dónde iba yo a sacar un porrito para esta chava, si no tenía dinero y no conocía a nadie?

Mejor caminé a ver al siguiente grupo a presentarse. “Bueno malditos, el hijo de la gran puta del vocalista no vino, así que les cantaré yo, háganle huevos serotes”, dijo un chavo de casi dos metros de altura y con voz de enfurecido. Comenzaron a tocar From whom the bells toll, pero el improvisado cantante no daba bola, se le olvidaban las palabras y perdía los tiempos.

Sentí que alguien me tocaba la espalda. Era la chava, con un cigarrito de aquello en la mano. Me ofreció un jalón. “Que bien, ¿quién te lo dio?”, le consulté. “Mi trailer, él es amigo de este grupo que toca”, me respondió mientras sonaba una versión desafinada e instrumental de Creeping death. Voltié a ver a su novio y dealer, quien era un clon de Max Cavalera quien me observaba con cara de “hoy morirás patojito pisado”. Sin decir palabra opté por caminar a la salida y regresarme a la casa.

Al siguiente día llamé a Julio. “Vos, le hablé a la amiga de las brujitas”. “Que de a huevo mano, y ¿cómo se llama, tenés su teléfono?”, me preguntó. “No sé, no le pregunté vos”, respondí. “Ay David, a veces no sé qué pensar de vos”, concluyó.

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viernes, 18 de diciembre de 2009

Avatar


No es la mejor película de la historia, pero confirma ser la de los efectos especiales más monstruosos hasta la fecha. Inclusive, son casi perfectos, pero tal vez pecan de "mucho extra queso en el taco"... solo tal vez. Y es que todo es grande, como los detalles de la naturaleza y facciones de los nativos del planeta Pandora, las escenas de acción y batallas, los paisajes y las máquinas de guerra. La duración de la película también es larga, 2:30. Y el ardor de ojos al final puede ser extra large también.

James Cameron es el responsable directo de todo, porque él escribió el guión, dirigió el filme y perfeccionó la tecnología para crear este mundo. Se nota que su habilidad para escribir diálogos interesantes no es su mejor virtud, pero un gran logro ha sido mezclar la trama con la acción, de tal manera que los momentos en que podemos disfrutar del 3D al máximo, nos lo sirve en bandeja de plata. El espectador no debe esforzarse mucho intelecualmente… podemos comprar nuestros poporopos gigantes, relajarnos y maravillarnos con este universo donde los malos son malos; y los buenos son raros, pero carismáticos y querendones.

Avatar no es una casaca de Hollywood, y se debe entender como una obra diseñada para el éxtasis visual, porque la historia es la excusa perfecta para obtener el espectáculo deseado. Una empresa gigante busca arrebatarle sus tierras a un grupo de nativos, ya que esta asegura explotará los recursos naturales con mayor facilidad y para su conveniencia. ¿Suena familiar?

Para finalizar, dejo tres recomendaciones para ver Avatar:

1. Hacer todo lo posible por verla en 3D.
2. Aprovechar las escenas de vuelo.
3. Llevar líquido para ojos irritados.

Ahora, las cargas políticas... esas las dejaremos para el cafecito cuando nos reunamos.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Twilight – vampiritos adolescentes y calientes.


Tenía curiosidad, más no deseo de ver la película Twilight. Tantas malas críticas me tenían convencido. Hasta que llegó la escusa perfecta: mi novia me pidió acompañarla a ver la segunda entrega de esta saga. Decidí que si voy a ver la 2… mejor veo primero la 1.

Y la verdad, es clitcheada, fresa, cursi y mtv-eada; pero por alguna razón me gustó. Lo que más me impactó es lo inteligente de la producción del filme, dirigida en su totalidad para vendérselas a todos los adolescentes consumistas del mundo. Y lo han logrado.

Los vampiritos sin duda son sexy, inclusive el principal llamado Edward es una mezcla fantástica de papasito vení pa’ca con chico popular, sofisticado y cool, y además: virginal. No digamos Bella, la “chica normal”, toda una girl next door lindísima, misteriosa y con carácter fuerte. Durante la historia se convierte en un tipo de Manzana de Eva, una mujer deseada y prohibida.

La sexualidad de la película no se presenta con besos o caricias, sino con miradas, respiraciones agitadas y gemidos. Es muy sugestiva, perfecta para que una sala “todo público” se excite y disfrute de esta sensación sin ruborizarse tanto.

Y el musicón está bueno: Muse, Paramore, Linkin Park… añadiéndose los créditos con Radiohead. Okay, vamos al cine a ver la Luna Nueva, ya les contaré.

lunes, 14 de diciembre de 2009

Metallica – Seek & destroy, y cerveza en bolsa.


Los Trash Attack son conciertos de bandas nacionales de metal, donde tocan una mezcla de originales y covers. Tienen años de existir. En 1993 y 1994 asistí a varios, mi compañero de crímen era Julio. La mayoría se realizaron en Guatemala Musical, espacio en la Bolívar utilizado los domingos para bailar marimba.

Habían dos grupos que me gustaban mucho. Sanctum Recnum (traducido es Pacto Satánico) era uno, tocaba originales y muy buenas. El otro era Misery, especializado en darnos rolas de Metallica y el que casi siempre cerraba los toques. ¿Qué hacíamos ahí? Pues fumábamos, mosheábamos, nos burlábamos de todo y disfrutábamos toda una tarde de rock metal desafinado hasta la chingada.

“A moshear hijos de puta”, gritaban los vocalistas. Y sí decía don David y don Julio a darse verga con todos, puros mulas. Nos tirábamos del escenario a la mara, saltábamos, corríamos en rueda casi con el lema “el que no se quite lo pijeaaaamos”. La expresión de juventud más salvaje que podíamos encontrar.

Eran aventuras, nunca sabíamos con qué nos toparíamos. El lugar más cercano que vendía licor era un restaurante de comida china. Ofrecía litros de cerveza, pero se servían en bolsas de plástico y con tres pajillas. Esperábamos a que se acercara el turno de Misery para salir con Julio a comprar nuestra bolsita azul o roja de chela. Nunca podíamos terminarnos el litro antes que comenzara Misery. Lo rescatable era que mosheábamos Seek & destroy bien borrachos, más por el aire succionado que la cerveza en sí. Esta banda se echaba las clásicas: Master of Puppets, Creeping Death, Jump in the fire… y para One fumábamos la pipa de la paz y nos abrazábamos todos a cantarla… genial.

Siempre que regresábamos en camioneta, mareados, golpeados, fumados… las personas se nos quedaban viendo atónitas. “¿Por qué nos ven así David?”, me preguntaba Julio. Yo le respondía que no sabía si era el olor a la chela, el humo, el sudor, la sangre o la guaca que nos delataba.

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viernes, 11 de diciembre de 2009

Sos cabeza de güisquil


“Cabeza de güisquil”, dijo la hija de unos amigos. Reí por el comentario y seguí leyendo el periódico. “Tú, sos cabeza de güisquil”, repitió ahora señalándome. ¿Yo? Pensé. Me dirigí al baño de manera curiosa para verme la cabeza en el espejo. Además de un par de canas más, no encontré algo raro.

Regresé a la sala. “¿Por qué dices eso nena?”, le pregunté a la niña de 3 años de edad. “Porque sí”, respondió tan firme como si asegurara que el cielo es azul y la televisión su mejor amigo. La mamá me recomendó ignorar el comentario. “Hey, los niños y los borrachos dicen la verdad”, le recordé mientras caminaba al baño a verme denuevo la cabeza.

Días más tarde, tuve la oportunidad de darle aventón a la abuela de la pequeña crítica de físicos. Le conté el episodio de las declaraciones sobre mi cabeza. La señora soltó una gran carcajada. Le pregunté si ella sabría la razón de tal afirmación. “A la nena no le gustan las verduras, y menos el güisquil, seguramente lo está haciendo para molestarlo”, dijo terminando de reírse. Le pregunté si lo que no le gustaba a su nieta era el sabor, la forma, el nombre… ella solo abrió los ojos y levantó los hombros. Le agradecí la información mientras me veía mi peinado rapado por el espejo retrovisor del carro.

Hace unos días pasaba por el mercado y escuché a una vendedora gritar “¿Qué le damos? ¿Rábanos, yuca, güisquil?”. Me pareció gracioso, tanto que me acerqué al puesto de venta de verduras a tomar un güisquil. Recordé el comentario del parecido y se lo relaté a la vendedora. “Mmm, de güisquil un poco, pero más de rábano”, me contestó y entregó una mano de rábanos. La agarré y esperé una risa de ella por la buena puntada, pero nada. Siguió seria atendiendo a los clientes. Yo busqué un espejo cercano.

Foto cortesía Traveljournals.net

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Whatever works de Woody Allen


“Hay mucho dinero hablando de Dios, mucho. Las enseñanzas básicas de Jesús son hermosas, por cierto, son las intenciones originales de Carl Marx. ¿Qué tiene de malo? Todos deben compartir igualmente, ayudar a los otros, democracia, el gobierno por la gente. Todas grandes ideas, pero todas sufren de una falla fatal: que todas se basan en la noción falsa de que la gente es fundamentalmente decente. Si les das la oportunidad de hacer el bien lo harán. Que no son tontos ambiciosos, egoístas y basuras, que en realidad son”.

Con esta discusión inicia Whatever Works, la película para el 2009 del director y escritor Woody Allen. El guión de este filme permanecía engavetado desde los 70s, hasta que se encontró al actor perfecto para el papel principal. Larry David, productor y escritor de los primeros años de Seinfeld y ahora protagonista de Curb your Enthusiasm, fue el elegido para encarnar a Boris Yellnikoff. Éste es un científico jubilado, malencarado, quien trata a todos de “imbécil”, maltrata a los niños a quienes les enseña a jugar ajedrez y cojea por un fallido intento de suicidio. Es un personaje similar a los que interpreta Allen en sus comedias románticas, pero más cínico, abusivo y enfadado.

Esta película tienen casi todos los ingredientes de Allen, como el guión divertido, ambientación en Nueva York, la chica guapa y algo tonta (esta vez actuada por la hermosa Evan Rachel Wood) y música jazz. Recomendada para quienes nos gustan los filmes de este judío trabajador.

lunes, 7 de diciembre de 2009

Metallica – Crónica de 4 horas y 45 minutos.


10:00 A.M. Llego al C.C. Galerías Miraflores, pensando que tardaría unos 15 minutos para comprar mi entrada al concierto de Metallica. Ese día iniciaba la venta a las 10 de la mañana. Me encuentro que casi 300 personas pensaron lo mismo, llegaron antes que yo y están haciendo cola. Okay, suave, imagino pasaremos rápido. Eso sí, estar bajo el sol no me agrada nada.

10:30 A.M. Platicamos con un chavo notario quien se escapó del trabajo. Me cuenta su experiencia del toque de Metallica en México este año. “Me gradué en conciertos de rock”, dice. No lo dudo. Se siente un ambiente agradable en las afueras del centro comercial. Algunos chiflan, otros ríen. Playeras negras por todos lados. Una mini celebración de lo que vendrá el 5 de marzo del 2010.

11:00 A.M. Tengo la misión inicial de comprar 4 entradas. Me llama mi amigo y pregunta “me podés comprar mi entrada”, y le respondo que con mucho gusto si me deposita el dinero a mi cuenta, porque yo ando pobre. Lo apresuro, no vaya a ser que pase rápido y le quede mal. Minutos más tarde otros dos amigos piden otras dos entradas, pues órale, con gusto, en total compraré 7 entradas. Bravo Metallica.

12:00 P.M. Llevamos casi dos horas y la cola no se mueve. Hay rumores que se acabaron las entradas. Unos dicen que el sistema se cayó, que en otros puntos de venta está igual de jodido. Otros llaman y llaman a sus amigos para monitorear Todoticket.com, sitio caído desde hace horas. Preguntamos a los encargados y nadie sabe nada, clásico. El sol ya me tiene un poco mareado y molesto. Llamo a mi novia para pedirle consuelo… y lo obtengo. Gracias. Y nos enteramos que la chica de adelante viene sola, comprará solo una entrada para ella y planea ir así al concierto. “Es difícil explicarlo”, nos comenta.

12:30 P.M. Se acerca un chavo, dice que es amigo mío de la infancia, creo reconocerlo pero no aseguro su identidad. Me pide que le de cola a él y a sus 4 amigos. Me niego. Me insiste. Con el calor, las molestias y la incertidumbre en mi cabeza, me veo obligado a decirle “mano, me pela verga, no te puedo ayudar, disculpá”. El maldito me hace señas e intenta hacerme sentir culpable. Falla. Minutos más tarde llama otra amiga “estás en la cola, mano, serás nuestra salvación, ¿podés comprar 4 entradas?”. Le prometo solo tres, porque el mínimo de compra son 10 en total. No es suficiente, no es mi problema. Más tarde me llamaría para disculparse y preguntarme qué onda.

01:00 P.M. No siento hambre, ni calor, ni sueño, ni desesperanza, ni molestias, ni ganas de ir al baño… ya no siento nada, excepto un hormigueo en la cara y nuca por la quemada de sol. La cola sigue estancada. Pasan dos niñas fresas con su bolsita de Zara, nos ven, susurran, se cagan de la risa, y nadie dice nada. No hay energías para decir en voz alta que se metan su bolsita en medio de las piernas, solo lo pensamos. Pasan también dos edecanes vestidas de duendecitas, con traje bien pegado al cuerpo. Nadie les silva, nadie piropea, nadie dice nada. Todos callan, sudan, esperan.

01:30 P.M. Ya no aguanto esta mierda. Es insoportable. Y la esposa de mi compañero de atrás comienza a llamar con insistencia. “Pero mi amor, qué puedo hacer, ahora ya estoy acá. Sí, es pésimo servicio al cliente. ¿Que con quién podemos hablar? Pues podemos llamar a los cuates de Metallica, pero creo no les importará mucho”, contesta. Yo intento reir, pero el dolor de piernas y la pestilencia de mi camisa empapada en sudor lo impide. “¿Cómo es que aguanto tanto sol, cuando odio asolearme? Mi amor, es difícil explicarlo”, le contesta el compa de atrás a su mujer.

02:00 P.M. La cola ya está caminando. Cada vez veo más cerca la entrada. Al final, puede ser posible.

02:45 P.M. “Aquí están sus entradas”, me dice la señora de la taquilla. Yo tomo mi celular y escribo el mensaje de texto más importante del año: “Listos para METALLICA motherfuckers ya tengo sus entradas ME DEBEN GRUESO MUCHAS”. Y sonrío.

03:45 P.M. Se me dificulta manejar por el dolor en la cabeza, en la cadera y en las piernas. Paso a una farmacia a comprar crema medicinal para quemaduras de piel. Estoy hecho un camarón. Me llama mi novia “no sabía que eras fan número uno de Metallica”, me comenta. Le digo que no lo soy. Me pregunta que entonces por qué me jodí tanto para conseguir mi entrada. Le respondo “no sé, es difícil de explicarlo”.

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viernes, 4 de diciembre de 2009

El Storytellers de Foo Fighters


Me encanta el programa Storytellers. Ya he tenido el gusto de ver a Tori Amos, Def Leppard y Pearl Jam contando sus anécdotas y tocando algunas canciones. Este año el turno de grabar este especial fue de Foo Fighters, una banda que para mí tiene tres grandes virtudes. Primero, buena música y sin caer en pretensiones. Segundo, seguir la línea de Van Halen y Tom Petty para hacer videoclips creativos. Y tercero, no dejan de ser fans de música en ningún momento.

Cuando en 1996 se conoció la noticia de que Dave Grohl estaba en gira liderando a una banda, inmediatamente tuvo la bendición de la prensa, de la crítica y sobre todo del público. Su carisma y talento era conocido desde sus tiempos de Nirvana. No fue fácil acostumbrarse a verlo cantando y tocando guitarra. Pero poco a poco nos ya llenado con los Foo Fighters de canciones y recuerdos inolvidables. Una de éstas es de mis favoritas de toda la vida.

En el Storytellers podemos verlo en todo su esplendor (a veces creo que Grohl nació para la tele). Acá nos relata los inicios de la banda, los demos, la primera gira, un Halloween cuando se disfrazó de Darth Vader, la historia de Big me y los dulces Mentos, un par de rolas nuevas y anécdotas con Neil Young y Bob Dylan. Recomendadísimo, reirán bastante. Verlo en VH1.

Top 5 canciones Foo Fighters.
1. Best of you
2. D.O.A.
3. The Pretender
4. I’ll stick around
5. Times like these

Update: Gracias Allan y Pato por la recomendación.

Historias de Chayán – Los gays de enfrente


“No vaya ahí. Mire, que esos son gays. A saber ni qué le pueden hacer. No me tome a mal, pero yo no les confío. Hace días entró un trasvesti ahí… ¡un trasvesti, imagínese!

Un día se quedó uno parado acá en la puerta viendo los carteles y las paredes. "Qué buscás vos chayán?", le pregunté. Solo se me quedó viendo y siguió caminando, con un su estilo todo afeminado. Que asco. Creo que hasta las cejas tienen depiladas. No le digo pues, es el colmo.

Un chavo que vino acá la semana pasada, me contó que sí entró y lo atendieron. Y lo invitaron a un cumpleaños para el fin de semana. Y él de bruto fue. Sintió como si les gustaba y lo querían emborrachar. A saber ni qué le hubieran hecho. Tuvo que salir huyendo. Hubiera perdido su segunda virginidad, tná, jaja, si pues, su segunda virginidad. Jaja, por allá atrasito... ¿usted me entiende? Jaja. Uy no, que nervios.

Y yo no le quería contar, ¿pero sabe qué pasó anoche? Iban a violar a una mujer. Sí. Se lo juro. Hasta la policía vino. Ellos viven en aquella casa, allá enfrente. Pues la señora que vive al lado ya se había quejado con la policía que hacen fiestas los viernes y sábados durante toda la madrugada. Como son guanacos, parrandean hasta el amanecer, y no la dejaban dormir. Pero anoche escuchó gritos de una muchacha. Y cuando entró junto a los policías, vieron a una mujer tirada en la sala, en medio de una estrella pintada en el suelo, con candelas y todo. Como que hasta ritos satánicos hacen. Hoy no sé si están presos o qué, pero yo no les confío.

Además, no hacen tan bien su trabajo. Mire que yo he visto gays que sí saben lo que hacen, con estilo y todo. Y yo a usted le dejo mejor el corte. No es que sean mi competencia directa, usted. No. Cualquiera puede poner un salón de belleza o barbería en esta cuadra, yo no me enojo. Me preocupo por mis clientes. Pero ellos para nada, usted. Mire todo lo que son capaces.

Ahí corre la bola”.

Chayán existe en verdad y ha sido mi peluquero desde hace más de 10 años.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Escribiendo con Tourette, de Renato Bianchi.


Un libro fuerte, crítico y divertido, si abres la mente… y los ojos, va… si no la cosa no funciona muchá. “Yo soy de mente abierta”, dice la mara cool y luego despotrica mierda por no entender el valor de una expresión cultural.

El libro Escribiendo con Tourette, de Renato Bianchi, es una colección de historias que van desde experiencias celestiales en moteles, apariciones terroríficas y manejo de demonios internos. Cada una bendecida ya sea con fragmentos de líricas de canciones de The Doors, The Beatles y Iron Maiden; o textos de Charles Bukowski y William Blake.

El humor es negro, es ácido, es fantástico. Sus metáforas endiosan y satanizan actitudes humanas y supuestos actos cotidianos. Renato también se presenta con una fabulosa autobiografía ficticia, donde ha escrito los supuestos libros Cómo me pica el ojo del culo y Doña Florinda se cogía a don Ramón tras bastidores.

Dividido en Lado A y Lado B, en esta serie de cuentos la religión, la moral y las aspiraciones terminan realizando un delicioso trísom de estupideces. Y las ocurrencias hacen pareja perfecta con la crítica social. Así mismo, sus palabras finales bien pueden ser las que abren esta entretenida obra literaria: “Nota al lector: disculpadme querido amigo mío si en algún momento este libro te pareció o resultó molesto. Pero sucede que no hago felaciones”.

Libro: Escribiendo con Tourette.
Autor: Renato Bianchi.
Editorial: Palo de hormigo.

Update: Gracias Leon por el préstamo.

lunes, 30 de noviembre de 2009

Metallica – ¿tenés el álbum negro?


Como relaté en el anterior Metallicuento (sí, es un término pussy), lo que comenzó en 1989 con cuatro niños de 12 años, se llegó a multiplicar por decenas. En 1991 quien no tuviera el conocido como black álbum de Metallica… para qué jodidos. Todos lo teníamos, ya fuera traído de EEUU, versión centroamericana Dideca o grabado con fotocopia incluída del librito y las letras.

Cuando escribo “todos”, en verdad, es “todos”. Roqueros, raperos, fresas, salseros… nos había impresionado la canción de Enter Sandman, sabíamos de memoria la letra y cantábamos Sad but true, nos encantaba el vídeo de The Unforgiven aunque nadie lo entedió. Algunos hasta se hacían llamar así… en sus cartas firmaban como The Unforgiven… cool. Sabíamos los nombres de los cuatro integrantes mejor que las materias escolares. Soñábamos tener la actitud de James, tocar guitarra como Kirk, tener el pegue de Lars, vernos tan gruesos como Jason. También sabíamos la historia de Cliff… algo confundida, pero igual la comentábamos.

El mejor grupo de cheerleaders del colegio iniciaba su coreografía con Wherever I may roam, levantándose del suelo y girando la cabeza muy a lo Jason Newsted. En las kermeses no faltaban las playeras negras o chumpas con parches del grupo. Solo le empataba Guns N’ Roses.

Por ser colegio católico, los hermanos que nos predicaban insistían que esa música no era positiva, inclusive uno se animó a decir que era diabólica... más nos gustó escuchar el disco esa tarde.

E inclusive, se manejaba el rumor que tal vez ese año Metallica vendría a dar un concierto a Guatemala, en el Estadio Mateo Flores. (Sí, ha sido una laaarga espera).

Con Jorge nos gustaba mucho la canción My friend of misery… esa letra y ese bajo era impresionante. Y con Mauricio escuchamos como cien veces Nothing else matters en la tranquilidad de su casa intentando pasar los 14 años de edad sin tanto vergueo. No es una canción romántica, pero para dos adolescentes ese año, era perfecta para el mal de amores y la soledad. Un año después, Metallica y GN’R serían relevados por Nirvana y Pearl Jam como nuestros gurús. Nada mal el cambio, ¿eh?

viernes, 27 de noviembre de 2009

The Beatles - mis mujeres Beatle-fans


Don´t let me down
El día del lanzamiento de las versiones remasterizadas de todos los discos de The Beatles, ella recibió un link donde se podían escuchar casi todas las canciones. Pasó toda la tarde y noche escuchando y cantando. Cada canción era un pensamiento, un recuerdo, un sentimiento por ahí empolvado. Todo un soundtrack de su vida. Volvió a vivir su época de colegio, las amigas, los amores, su mamá y sus días en Nueva York un par de años antes que yo naciera. Ni le pongan Don´t let me down, que su mente vuela, Dios y ella sabrán a dónde. Esa noche del primer Día Beatle de la historia, ella se desveló frente a la computadora. Yo también, oyendo la música hasta mi cuarto, compartiendo e imaginando sus memorias.

She´s got a chicken to ride
Desde que la conocí, se convirtió en una de mis fantasías favoritas. Me soñaba conquistando a esta chica de pelo negro liso, piel blanca, ojos achinados pero grandotes (increíble y precioso fenómeno), cantautora de sus propias canciones. En una entrevista hace 7 años, la cual fue adornada con una fotografía de ella con una T-shirt negra y en letras blancas brillantes The Beatles, declaró ser una gran fan de los ingleses y confesó que de pequeña cantaba el coro de Ticket to ride como “She’s got a chicken to ride”. Que tierno. Me enamoré. Hasta la fecha, ha estudiado la música de estos artistas a tal grado, que su tarea es crear canciones con melodía pop, letras que pueden verse personales y universales a la vez, y coros pegajosos.

"NO ESTÁN MUERTOS"
Me sorprendió cuando supe que es fan-geek. Más aún cuando me confesó tener la inquietud de coleccionar todos sus discos originales, sin copias pirata. Me prestó el disco L.O.V.E., el cual no le tenía mucha fe. Me impresionó. Ahora, siempre que lo escucho, me recuerdo de ella. Cuando su familia la quiere fastidiar, dicen “Los Beatles están muertos”. A lo que ella responde con grito chillón “Los Beatles NO ESTÁN MUERTOS…”. Ella es hardcore fan, eso me gusta y asusta. Esperé lo peor cuando le pregunté sobre qué le parecía el soundtrack de I am Sam, uno de mis favoritos de toda la vida, y la mañana que le presté la película Across the Universe. “No está tan mal”, fue su veredicto. Me limpié el sudor de la frente, habíamos sido aprobados como amigos fans en el mundo Beatle.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

The timetraveler’s wife – me gustaría viajar en el tiempo.


La película The timetraveler’s wife cuenta la historia de un hombre quien tiene genes extraños, que lo hacen viajar en el tiempo cuando sufre de una emoción muy fuerte. Aunque la trama carga unos agujeros inmensos y deja deseando saber más de la historia original (buscaré la novela), es un hermoso filme. Convence. Si usted sueña con viajar al pasado o saber el futuro, este relato le llenará.

A mí me dejó deseando viajar al ayer. Claro, me gustaría asistir a una prédica de Jesús, escuchar enseñanzas de Ghandi, presenciar el descubrimiento de América, Etc. Pero más que eso, me encantaría ir a los años 60, llegar al Colegio IGA y observarla desenvolverse con sus amigas. También chequear a ese presumido capitán de la selección de fútbol de Ingeniería en la USAC. Tal vez ser testigo de cómo se conocieron, de cómo eran de novios.

O ir a platicar con quienes ya no puedo, como mi abuela, Julio, Maria Elena... y que me volvieran a sacar de onda como antes.

Y por supuesto, visitaría a una niña. La vería como la conocí, con su cuerpo flaco, flaco, flaco… jugando liga con sus amigas en el patio de su casa. También aprovecharía a verla como la recuerdo más esos días, con su uniforme a cuadros y el maldito teléfono colgado en su rostro. No puedo explicar ese instante, solo supe que sería especial.

Pero mientras yo imagino estas cruzadas, el tiempo sigue su curso, y pasa… y pasa… y pasa…

lunes, 23 de noviembre de 2009

Las historias de Metallica.


Teniendo en boga la posible venida de Metallica a Guatemala (porque es oficial hasta que se publique en su sitio web), comencé a escribir un post sobre lo que he vivido al lado de esta banda. Iba por la segunda página y no llevaba ni la mitad de lo que deseaba contar. Así que decidí compartir estos rollos uno por uno. Será algo como Los Metallicuentos… espero sus comentarios. Acá va el primero.

Metallica - …y justicia para la tribu.

Le pregunté a Oscar “¿Vos, Iron Maiden son los mismos que Metallica?”, y me respondió “cómo sos de mula”. Seguimos siendo amigos, pero nunca más le volví a preguntar algo.

Y es que yo, un ishto de 12 años iniciándose en la música, no le atinaba a nada. En ese tiempo, nuestros predicadores eran los locutores de la emisora Metrostereo… comandados por Jorge Sierra en el legendario programa Revolución Rock, los viernes por la noche. Fue ahí donde escuché por primera vez las canciones de …and justice for all, disco de metal progresivo con el cual muchos de mi generación conocimos a Metallica.

Blackened, One, Eye of the beholder… todas éstas fueron primer lugar en los conteos de la radio. Cuando vino el disco al país, me impresionó. El mismísimo símbolo de la justicia atado, aparecía en la portada. Y no era solo un disco… eran DOS… guaaau. Y las canciones no duraban 5 minutos, eran más largas, inclusive habían dos rolas de más de 9 minutos… guaaau.

Con Jorge, Gunther y Oscar, nos sentíamos como una mini tribu exclusiva, porque éramos los únicos que nos gustaba Metallica de todo el rabaño y que teníamos el caset, el cual no solo era una cinta, era DOBLE… guaaau. (Sí, nos apantallábamos con facilidad).

En el colegio había un loco, le decían Lico, tenía dos años más que nosotros. Era todo un especialista en música rock, en darle vuelta a las cintas de casets para escuchar mensajes “escondidos” y en nunca estar limpio o peinado. Para un recreo, él escuchaba The shortest straw. Nosotros llegamos a contarle que esa canción nos gustaba. No nos creía que conocíamos a Metallica. Le platicamos sobre todas las canciones, inclusive la instrumental To live is to die. “Pero ustedes no han escuchado One completa”, nos dijo. Le respondimos que puta cómo no, claro, que era buenísima. “Patojos pisados”, nos dijo. Lo tomé como un aplauso.

Fue mi primera discusión acerca de Metallica, sin saber que pasaría 20 años más de mi vida discutiendo su música, su imagen, sus vídeos y documentales. Y se me dificulta creer que en el 2009 estoy esperando la confirmación de su toque en Guatemala.

Por cierto, nunca hubiera adivinado que esa pequeña tribu de 4 patojos en 1989, crecería junto a toda una generación dos años después. Ya les contaré.

jueves, 19 de noviembre de 2009

El gentil arte de la incomunicación


Cuando entendí y acepté que nada es para siempre, me quité de encima el peso de un tractor. Sé bien, conozco estas palabras. Pero no adormecen el adiós de hoy. Golpe duro, parecido a los de ayer, uno a uno… poco a poco… diente a diente.

Creo que se le llama culpa, a esta sensación de incomodidad, este nudo de imágenes en mi cabeza. No hay presión en el pecho, tampoco revoloteos en el estómago. Solo se respira un vacío… torpe, atarailado, confuso. Recuerdo las palabras “no hay mal que dure mil años, ni idiota que los soporte”. Yo prometí… soportaría. Te fallé.

Hoy no supe qué decirte. Nunca decidí si debía darte lo que necesitabas o lo que querías. Pequeña similitud… inmensa diferencia. Tu felicidad está a la vuelta de la esquina, pero hoy no espero ahí. Hoy me quedo, malabareando lo que pudo haber sido y perfeccionando el gentil arte de la incomunicación contigo.

“Gracias por todo”…
“¿De qué?”

lunes, 16 de noviembre de 2009

Just breath de Pearl Jam


El segundo sencillo promocional de Backspacer (2009) y mi favorita absoluta del disco, tal vez hasta del año.

Esta canción es mi celebración de, luego de un período gris, haber tomado las decisiones correctas, y ahora poder disfrutarlas. La Meditación me ayudó a mejorar en muchos detalles como: amar a mis amigos que cuento con los dedos de mis dos manos (y pies), el aceptar que nada más estamos prestados en este mundo y aprovechar tener en mis brazos a quien amo, sentirla cerca y decirle "estoy aquí". Y por supuesto, respirar, vivir, llorar, sentir... antes de adelantarnos al otro lado.

Todo esto es mencionado en Just breath, balada que representa de manera perfecta el estado en que estoy y quiero estar.

Aquí dejo un audiovisual de la canción, luego un vídeo de una declaración de matrimonio durante un toque de Pearl Jam (estos jamheads se pelan) y abajo la letra. Se las recomiendo.

Just breath - Pearl Jam.




Just Breath

Yes, I understand that every life must end, uh-huh
As we sit alone, I know someday we must go, uh-huh
Oh I'm a lucky man, to count on both hands the ones I love
Some folks just have one, yeah, others, they've got none

Stay with me...
Let's just breathe...

Practiced all my sins, never gonna let me win, uh-huh
Under everything, just another human being, uh-huh
I don't wanna hurt, there's so much in this world to make me believe

Stay with me
You're all I see...

Did I say that I need you?
Did I say that I want you?
Oh, if I didn't I'm a fool you see
No one knows this more than me

As I come clean...
I wonder everyday, as I look upon your face, uh-huh
Everything you gave
And nothing you would save, oh no

Nothing you would take
Everything you gave...

Did I say that I need you?
Oh, did I say that I want you?
Oh, if I didn't I'm a fool you see
No one knows this more than me

And I come clean, ah...

Nothing you would take
Everything you gave
Hold me til I die
Meet you on the other side...

jueves, 12 de noviembre de 2009

Die Toten Hosen en Guatemala - ¡Qué buena Scheiße!


Cuando salió el vocalista Campino con su camisa a rayas, una cerveza en la mano y diciendo con su acento peculiar “hola Guatemala”, buenos augurios cayeron sobre mí.

Los Die Toten Hosen dieron un excelente toque en la Plaza Berlín, lugar que a mis ojos ya no será el mismo. Por suerte tocaron mis favoritas de las pocas que conozco. Du Lebst Nur Einmal (Vorher), Bonnie und Clyde y Pushed Again estuvieron perfectas. Los covers de I fought the law, 1 2 Ultraviolento y Blitzkrieg bop fueron magníficos. Y los gritos desgarradores de La Bamba, versión punk, nunca la olvidaré. Y por supuesto, Hier Kommt Alex sonó perfecta.

Me impresionó el slam familiar de las primeras canciones. También las niñas punquetas wannabe que llegaron a curiosear. El carismático cantante Campino era medio trilingüe. Comenzaba cada frase hablando español, seguía con inglés y ya desesperado terminaba en alemán. “Esto puede ser el inicio de una gran amistad”, dijo el cantante al final del concierto. Que Die Toten Hosen regrese a Guatemala, no lo creo. Que yo siga escuchando su música hasta el final, por supuesto.


Nada mal para un lunes en la noche… lunes en que quisieron ponerme el pie encima durante todo el día.

Fotos y Heineken cortesía de Paranoid3.

martes, 10 de noviembre de 2009

This is it – testigos de lo grandioso que hubiera sido


Buenas tardes. Me llamo David y soy uno de los viejos nuevos fans de Michael Jackson. Sí, esos quienes lo adoramos de pequeños, lo olvidamos de medianos y ahora disfrutamos de su legado. Con esta idea entré a ver This is it, el documental sobre los ensayos y preparación de los últimos 50 conciertos del Rey del Pop.

Mi teoría es que estas imágenes serían el Material Extra en el DVD del concierto. Ahora, estas grabaciones se han convertido en los únicos testigos de ese monstruoso evento, el cual nunca llegará a realizarse. Hubiera sido el concierto más grande de la historia, sin duda. Ahora pasó a ser una leyenda.

En el documental podemos observar cómo Michael se reencuentra con sus canciones viejas. Parece como si se dejara apoderarse de la música que se había dejado empolvar en la memoria de sus fans y de él mismo. Billie Jean, Beat it y The way you make me feel son algunos ejemplos.

Otra parte interesante son los audiovisuales grabados especialmente para las presentaciones. Una riña y persecución con Humphrey Bogart para Smooth Criminal, cientos de bailarines marchando en They don’t care about us y nuevos muertos para Thriller.

Lo que es cierto, es que Michael tiene muchas buenas canciones, y el concierto contaría con unos de los mejores músicos y bailarines de todo el mundo. Esto hace las dos horas que dura el documental sean muy placenteras. Y sí dan ganas de aplaudir después de cada canción... y de parpadearse unas lágrimas en la despedida.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Legendarios Die Toten Hosen en Guatemala


Esos inesperados y gloriosos regalos. Con 25 años de trayectoria, el grupo rock punk alemán Die Toten Hosen, dará un toque en Guatemala. ¿Por qué? La Embajada de Alemania celebrará los 20 años de la caída del Muro de Berlín con un concierto gratuito de esta asombrosa banda. Guau, que decisión tan punk. Es un fascinante regalo. No todos los días se ve actuar en vivo a una huevuda leyenda del rock.

Podría buscar nominación para el mejor mentiroso chapín, y decir que conozco su música desde hace mucho tiempo. Pero no lo haré. Desde hace apenas unos días me he dado la tarea de buscar información y música de ellos, y me han sorprendido.

Con guitarras sólidas y coros similares a himnos de guerra, sazonados con acento alemán, estos veteranos regalan canciones muy emotivas. Sonidos de hard rock, de punk y reguae, adornan melodías perfectas para el slam.

Como dato curioso y según las enciclopedias, Die Toten Hosen lo traducen como "Pantalones muertos", aunque la expresión "tote hose" significa "aburrido", o "que no pasa nada".

Así que muchá, la cita es el lunes 9 de noviembre a las 6PM, en la Plaza Berlín (al final de Avenida Las Américas). Entrada libre. Les dejo unos vídeos muy emocionantes, ojalá algo así sea el evento.

Vídeo de Pushed again.


Hier Kommt Alex.


Viva la revolución

lunes, 2 de noviembre de 2009

Black gives way to blue - Regresó Alice in Chains.


Luego de 14 años de su último disco grabado en estudio, Alice in Chains lanzó este año Black gives way to blue. Y esto es algo bueno. Esta propuesta no intenta olvidar o vender la memoria de Layne Staley, su vocalista muerto en 2002. En vez, resulta ser un tributo a él y un nuevo comienzo para la banda, formada por Jerry Cantrell en voces y guitarras, Mike Inez en bajo, Sean Kinney en batería y el nuevo integrante William DuVall en voces y segunda guitarra.

El disco comienza con la canción y palabras perfectas. “Hope, / A new beginning / Time, / Time to start living - / like just before we died”, son las frases iniciales de All secrets known. Dejando claro que no es un regreso Black in black. AIC quiere subir un escalón para sus fans y ellos mismos, solamente. El resto del mundo les puede seguir importanto un carajo. El segundo tema es aprovechado por Cantrell para lucirse como uno de los mejores guitarristas en el mundo. Check my brain corta un sonido de cuerdas ondulado y rasposo, el cual acompaña la mareante anécdota de su mudanza de Seattle a Los Ángeles.

Crucial resulta ser el tercer tema, Last of my kind, cantado por DuVall. Acá, como un buen fan de AIC, es imposible no compararlo con Staley. Mi humilde opinión, es que el chico nuevo no quiere sustituirlo. Él se presenta tal como es, con timbre similar al fallecido, pero diferente acercamiento. La voz de Staley traspira dolor y tortura. Duvall no, su fuerza es diferente, más iluminada y clara. Es cuestión de aceptarlo o no. Yo, lo acepto.

Luego sigue una serie de canciones muy AIC, retratando el viaje en ese laberinto, donde se busca la paz mental y emocional, pero se choca con retos endemoniados y persecusiones en el subconsciente. Mi favorita, Private hell, resulta todo un himno al estilo de su unplugged, para esa celda que creamos y donde nos acomodamos y protegemos del exterior. No dejamos entrar dolor o amor, heridas o caricias. Claro, tampoco nos dejamos sanar de las ya adquiridas.

Concluyo, Black gives way to blue no es lo mejor de este grupo, pero es un excelente disco y un gran retorno. Es muy bueno que grupos como AIC sigan haciendo música honesta.


Alice in Chains - A Looking In View

Alice in Chains | Video de MySpace

jueves, 29 de octubre de 2009

Crónicas de Rio – “¿Buscas bebida, diversión… amor?”


Me han preguntado ¿por qué escribís solo de mujeres y sexoservidoras brasileñas? ¿Acaso Rio de Janeiro no tiene personajes, paisajes, otras historias? Pues sí, confieso que también están los porteros de las barrashow, o bares como les llaman allá.

Vestidos de traje y peinados con mucha gel, parecen personajes sacados directamente del programa Los Sopranos. Hablan quedito, casi susurrando. En dos segundos llaman la atención y crean una burbuja de confianza. Yo, un turista solitario con cara de curioso (o de baboso), era la presa perfecta para ellos.

Se me acercaban arreglándose la corbata y me trataban como si fuéramos amigos de infancia que hace años no nos veíamos. Siempre con una sonrisa, muy frescos, muy fraternales. “Hola amigo, ¿de dónde eres?”, era la frase con la que me abordaban mientras me daban sus volantes. Siempre había una pequeña plática antes de la invitación a conocer las instalaciones. La que más me gustó fue “¿Buscas bebida, diversión… amor?”, de un portero quien casi él mismo me pagaba para que entrara. Era jueves, noche de poca clientela.

Lo interesante es que ninguno ofrecía desnudos o streaptease, aunque sí lo fueran. “Es baile de samba”, decían. Los posibles clientes les preguntaban “¿pero se desnudan mientras bailan?”. El portero lo afirmaba. “Entonces, es streaptease”, confirmaban los futuros clientes. Los porteros se quedaban viendo con la vista perdida por unos segundos, y luego decían “para verificar, mejor entren y vean por sus propios ojos”.

Mi favorito fue uno encargado de un bar donde se plantaron por unos minutos dos policías, tamaño XL. El portero siguió invitando a entrar a los caminantes. “Pero ahí está la policía”, le dijo un grupo de extranjeros. Él sonrió y dijo que eran amigos, apagó su cigarro y se acercó a ellos. Iba a abrazar a un policía, pero se arrepintió. Luego le iba a poner su mano en la espalda de la autoridad, pero la dejó a 10 centímetros de distancia. Se volteó y les dijo “somos amigos, confíen en mí”.

Daban ganas de invitarlos a una bebida y que relataran algunas de sus historias, me imagino deben ser increíbles. Saludos a los porteros de Copacabana.

lunes, 26 de octubre de 2009

Crónicas de Rio – Se vende amor caro y barato


“Copacabana es famoso por su vida nocturna, los show de mujeres y burdeles”, me dijo el taxista quien me llevaba al hotel. No sé qué cara me vio, yo ni le había preguntado sobre el tema. “Y éste es un sector muy popular por sus trasvestis”, me comentó, señalando con firmeza. Insisto, no sé qué cara me vio.

Lo que les puedo dar fe es que durante mi primera noche en Copacabana, la cual siento duró siglos, caminé por toda Avenida Atlántica. Y sí, después de las 11 de la noche, la luna comenzó a hacer de las suyas. Conocí tres niveles de posibles acompañantes para turistas masculinos, cada uno con sus virtudes y peligros. Eso sí, todos con un precio nuy caro, y no estrictamente monetario.

Nivel LUXURY: En la discoteca HELP, la cola para entrar era larguísima y hecha solamente por mujeres, todas guapísimas. Parecían supermodelos. Vestidos brillantes, peinados elaborados, casi dos metros de altura. “Debe haber muy buen ambiente ahí adentro”, pensé. Pero me llamó la atención que en el restaurante de al lado, chicas de ese mismo estilo cenaban en pareja con hombres adultos, quienes aunque lucían muy bien vestidos, parecían sus papás. “Oh, son las acompañantes de lujo”, capté. "Y son carísimas", me afirmó un vendedor de collares que pasaba por ahí.

Nivel MEDIOCAMPISTAS: En el nivel medio coloco a las bailarinas y jovencitas de los bares. Digo bares porque aunque en mi tierra les llaman barra-show, en estos lugares también entraban mujeres a tomarse un par de bebidas. De este nivel lo más rescatable son los porteros de los lugares, personajes coloridos de quienes contaré en un próximo post.

Nivel ¡QUÉ BAJO HE CAÍDO!: Entre los carros parqueados en la avenida, ellas salen cuales muertos vivientes en película de zombis. Se mantienen en la oscuridad y se esconden de la policía. A contraluz, muestran una silueta de curvas perfectas. Pero de cerca, que los dioses libren de la maldición. Ojos y boca torcidas, cicatrices y pocos dientes. Sus caras son de crackheads y se les lee en la frente ¿QUIERES SIDA?. Y por ahí se cuelan algunos trasvestis. Pero eso no detiene a las Minivan y Land Cruiser que las pasan recogiendo durante toda la noche y madrugada. El joven que llegó a pie y se llevó a una en bus público, mis respetos companheiro. Lo que me gustó, es que fueron las más cariñosas. De estas, me gané en mi caminata como veinte frases de “adiós lindo”. La mitad provenientes de boca femenina.

jueves, 22 de octubre de 2009

Crónicas de Rio: Las putas de mierda


Aeropuerto de Rio de Janeiro. Sala de espera. Yo leía en la tienda de recuerdos un artículo sobre The Beatles y por qué se separaron. Se parqueó a mi lado una joven argentina de 15 años, calculo, a leer revistas. Era de un grupo de casi 30 chicos y chicas de ese país quienes creo regresaban de una destrabada escursión. De esa joven muchedumbre, salió otra mujercita a buscar a su amiga quien leía una Marie Claire a mi derecha.

- Vos, puta de mierda, mis viejos me van a matar. Ya les topé la tarjeta. Ya no puedo seguir gastando más.
- Puta de mierda, la cagaste. Hoy te matan. Que tonta eres.
- Sí, pero puta de mierda, ni que me hubiera metido todo lo que se metieron ellos (y señaló a tres compañeros de ella, quienes acostados en el suelo del pasillo, lucían como un trío de cadáveres).
- Ese es problema de ellos, puta de mierda, mejor calmala.
- (Se apareció otra compañera) Putas de mierda, ¿en qué andan?
- Puta de mierda, topé la tarjeta.
- Estúpida puta de mierda, yo te lo advertí. Mejor invitame a la coca cola que me prometiste.
- (Y se encaminaron a la cafetería, pero mientras se alejaban, la lectora de revistas silbó Lucy in the sky with diamonds) Puta de mierda, ¿por qué silbás eso? ¿es por el señor que leía el artículo de los Beatles?
- Sí, parece que le interesó nuestra plática. O le gustaste puta de mierda.
- ¿Cómo crées?
- Jajaja.

lunes, 19 de octubre de 2009

Crónicas de Río: La mulata del tatuaje


Mi primera salida en Copacabana. Era jueves en la noche, estaba solo y con mucha curiosidad de conocer el lugar. Caminé casi toda la Avenida Atlántica, habían lugares para todo tipo de gusto musical: bossa nova, pop, piano, electrónica. Pero hubo un bar roquero con un atractivo de lujo. Una mulata brasileña bailaba canciones de Buckcherry y Aerosmith por puro hobby, era cliente. ¿A quién le bailaba? Se preguntarán. La respuesta es: a una su amiga sentada en la barra. La bailarina se movía cual culebra en cazería. Giraba su cabeza como enloquecida y se secaba el sudor con su blusa. Acariciaba sus caderas y trababa los ojos. Sus amigos que la rodeaban, de vez en cuando le regalaban unos segundos de sus miradas, como si le hicieran un favor. “No se la merecen”, pensé.

Como que su blusa blanca le estorbaba sus movimientos de cadera, así que se la levantó y amarró, dejando al descubierto su vientre y parte baja de la espalda. Y ¡Oh Dios! Tenía un gran tatuaje de un dragón con colores azul, verde y rojo. Este recorría toda su cintura, con la cabeza y la cola rodeando su ombligo. Y ella seguía bailando como si buscara enamorar a su amiga de una vez por todas.

Una mesa se desocupó y me senté, pedí una cerveza que me duró todo el improvisado espectáculo de la brasileira. En medio de las canciones, ella con sus labios gruesos le tiraba besos a su compañera, quien se carcajeaba y no la tomaba en serio. “No se la merece”, volví a dictaminar.

Su última canción danzada antes que yo terminara mi bebida fue una de Creed, que tan mal me cae, pero ahora la siento bendecida. Cuando acabó la rola, ella se sentó frente a su amiga y se recostó en ella. Tomó una bebida rosada y colocó la pajilla en la boca, lentamente. Me levanté y pasé cerca de ella. Me nació el deseo de hablarle, de ignorar a los gorilones que tenía de amigos y acercame para decirle lo tanto que me gustó su baile. Pero no pude, no soy tan valiente, además me desconcentró demasiado la manera en que sus labios jugueteaban con esa maldita pajilla.

Hasta la fecha, muchos me preguntan si vi bailar samba a brasileñas, yo les respondo que no, “pero hubo una mulata con un tatuaje de dragón que…”.

jueves, 15 de octubre de 2009

Crónicas de Río: Las tres playas


No se debe creer todo lo que se lee. ¿Y lo que se ve en las postales turísticas? La Playa de Copacabana es famosa por muchos detalles. Yo conocí tres de sus tantas facetas.

1. El relax. Tenía solamente media hora para conocer esta playa. Fue nuestro primer encuentro. Toqué la arena pálida, sentí la brisa, disfruté el paisaje de montañas y edificios. Pero, ¿y las mujeres que siempre he visto en la televisión y en revistas? Esas clones de Gisele Bündchen tomando el sol en diminutos bikinis, corriendo a saltitos con sus amigas, saliendo de manera lenta del mar exprimiéndose la melen mojada… ¿Dónde estaban? Los únicos seres vivos cercanos era un grupo de pájaros en pleno relax. “Ayer llovió todo el día y hoy es viernes, así que o les dio pereza venir o están trabajando y estudiando”, me comentó el salvavidas. Tendría que esperar un día más para ver a las brasileñas en la playa. Antes de irme llegaron dos grupos pequeños de mujeres a acostarse en la arena. No eran los clones bundcheniezcos que buscaba, pero estaban guapas. Le hablé al primer grupo, les conté que era turista y que me estaba encantando el lugar, ellas sonrieron. Les pedí permiso para tomarles una fotografía, me dijeron “no”. Tal vez estaban tímidas porque las acompañaba un señor. Pasé al segundo grupo, cuya respuesta fue otro rotundo “no”. Regresé con los pajaritos, ellos sí me modelaron, todos unos profesionales.

2. Nocturna. Mi segunda y última noche en Copacabana. El plan era ir a cenar con el grupo del taller por el cual visité este lugar. Tenía 35 minutos para matar antes de la salida. Decidí visitar la playa, esta vez me llevé el celular con el nuevo disco de Pearl Jam, el cual no había podido escuchar tranquilo. Pasé al lado de un partido de niños de fútbol playero nocturno (¿quién de estos jugará en Europa dentro de 10 años?) y del final de un entrenamiento de volibol de arena femenino. Los reflectores alumbraban el mar de tal manera, que el agua tomaba el color celeste y la espuma brillaba. Sentado en la arena escuché todas las canciones del Backspacer… buenísimas, con todo y el espectáculo que el mar me regaló. Amongst the waves, Force of Nature, Unthought known, Just breath… rolonas de oceano. Pensaba que era un desperdicio el que no hubiera gente bañándose en el mar y decidí meterme. Tiré mis zapatos y calcetines, recogí el pantalón y entré. Enseguida grité. El agua estaba helada. Por eso nadie ingresa al mar, por miedo a hipotermia. Ahora entiendo.

3. Express. En 15 minutos el bus del hotel me iría a dejar al aeropuerto. No podía darme el lujo de pagar $50 de taxi. Era sábado, así que corrí a la playa a verificar si las agencias de viajes dicen la verdad o mienten. Tomé nota y la dinámica que descubrí es esta: las brasileñas llegan a la playa con la prioridad de broncearse. No se meten al mar. Muchas nalgudas, muchas con tangas. No juegan volibol o fut, la verdad casi ni se mueven, solo para darse vuelta y seguirse bronceando. Y sí son guapas, y sí me encantaron, y sí hubiera deseado quedarme más tiempo, pero tuve que correr de regreso al hotel. El bus me esperaba. De eso a nada... el "eso" no se ve tan mal.

lunes, 12 de octubre de 2009

Shine a light – para rendirse ante los Rolling Stones


Mi primer encuentro con la música de los Rolling Stones fue en 1999. Era la primera ocasión que Saúl Hernández y sus Jaguares visitaban Guatemala. Antes del concierto, para calentar motores, apagaron las luces y pusieron música de los Stones. En ese año, un grupo casi desconocido para mí. Fue fascinante observar como las canciones se iban apoderando de las personas.

Cuando menos lo sentimos, todos bailábamos con los ritmos de Sympathy for the devil y Paint it black. Todo era danza, todo era libertad, todo era una gran fiesta. Las mujeres, con sus playeras negras, levantaban los brazos, se recogían la melena, movían las caderas, los hombros, la boca. Los hombres disfrutaban el improvisado espectáculo y cantaban los coros de Jagger. Fueron 25 minutos de posesión. Era tan fácil rendirse a esas melodías, que mi colmo es recordar más esos momentos que el mismo toque de los mexicanos. Llegué a la conclusión, “esta mierda es la escencia del rock&roll, así se hacen las cosas”.

Hace unos días vi Shine the light, filme dirigido por Martin Scorsese y protagonizado por los Rolling Stones. En sí, la obra se basa en un concierto muy íntimo en el histórico Beacon Theatre, de Nueva York, en 2006. Este fue grabado por Scorsese y utilizó una serie de cámaras y tomas que te dan la sensación de estar arriba en el escenario acompañando a estas leyendas. Este escándalo está mezclado con entrevistas de la banda durante sus inicios, demostrando cómo nadie (excepto ellos mismos) pensaba que estarían vigentes en el mundo de la música 47 años después de su formación.

Yo confieso, siento más compadrazco con The Beatles, pero luego de ver en dvd este excepcional toque, me rindo nuevamente ante los grandes, ante los pioneros, los Rolling Stones.

VER: Una de mis favoritas del toque, la simpatía por el cachudo.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Treinta y trés... y contando


Cuando tenía 13 años de edad me gustaba imaginar cómo sería mi vida cuando cumpliera 33. No sé, el número me llamaba la atención. El resultado de tales imaginaciones, los comparo con quien soy ahora que cumplo esa edad y … ¿cómo lo digo? El caso es…

Para comenzar, en esos pensamientos me veía con barba espesa y buen peinado, mejor cuerpo, viviendo en mi propio apartamento, teniendo un trabajo de oficina con un pago razonable, pocos pero buenos amigos, buena ropa, buen equipo de sonido y muchos discos, carro estable, comodidad para viajar, novias lindas, muchos dulces pecadillos y de lo más importante es que estaría atento a los fines de semana para ir a traer a mi hijo porque él viviría con su madre de lunes a viernes.

Esos eran mis sueños, con demasiado toque realista creo yo. Sentía que el éxito era estar vivo, valorando y disfrutando lo que tenía. Ahora me veo y estoy agradecido de haberme escapado de algunas vivencias esperadas.

Si alguien me habría leído el tarot en 1989 y dicho que estaría viviendo como lo hago ahora, creo que me hubiera frustrado un poco. No tengo apartamento, mi guarda cds no es tan grande y carezco de tiempo para escuchar los pocos discos guardados, mi remendado equipo de sonido a veces no suena, la calidad de mi poca ropa es preocupante y los dulces pecadillos son pocos y muy espaciados. Y mi barba y cuerpo es una droga, el pelado rapado sí me llega.

Eso sí, lo demás que es el trabajo estable, el carro en buen estado, los amigos, los viajes y la novia linda… es lo mejor que tengo y disfruto a diario. Además de estar con mi familia, esos son mis mejores regalos de cumpleaños durante mis últimos 8 años de vida. Me abrazo, feliz cumpleaños a mí mismo, y le pido a los dioses rocanroleros tenerme en este mundo muchos años más. Hay mucho por hacer… todavía no me quiero ir.

Y les dedico esta canción a todos, esta semana es para celebrar.

lunes, 5 de octubre de 2009

Cuando cantó Todo cambia


Paula estaba muy entusiasmada por conocerla en persona. Yo no. Hace algunos años había presenciado uno de los escenarios más hipócritas de mi vida, con su música de fondo. Fue en el primer concierto de Mercedes Sosa en Guatemala, en un hotel, con entradas carísimas, en mesas de lujo. Las escenas de argentinos adinerados, argentinos wannabes, izquierdistas pudientes y guatemaltecos soñando ser cubanos, todos gritando felices a todo pulmón canciones de protesta, me dio tanto asco que esa misma noche dejé de ser fanático de su música. Y peor aún, ni cantó mi canción favorita de ella.

Por eso, años después fue difícil el contagio de la emoción de Paula, con quien recibiríamos a la cantante en el aeropuerto un día antes de su último concierto en Guatemala. Ella le haría algunas fotos, yo la entrevistaría. Cuando salió del aeropuerto sentada en silla de ruedas, mostró una sonrisa encantadora. Mercedes estaba feliz.

Luego en el hotel, mientras preparaban su habitación, me le acerqué para intentar hacerle la entrevista. Se negó, argumentando que daría más tarde una conferencia de prensa y sería injusto para mis colegas atenderme antes. Guardé mi grabadora y di un paso atrás despidiéndome. “Oye, eso no quiere decir que te vayas, podemos charlar un poco”, me dijo. Y eso hicimos. Nos habló de que quería ir a La Antigua, pero su prioridad era dar un gran concierto en Guatemala, y si se sentía muy cansada sacrificaría su ida por reposar. También nos comentó sobre sus enfermedades, una reciente caída que había tenido la cual se le había complicado y sobre su hijo. Le pregunté que ¿qué podía cantarle a una Latinoamérica tan jodida?. “Puedo cantarles canciones de paz, canciones de amor, porque todavía tenemos cosas por las que podemos sonreir. No debemos darnos por vencidos. Disfrutemos lo que tenemos y nos hace feliz”, fueron sus palabras, las sentí muy lógicas.

Al siguiente día, ya en el concierto, yo estaba maravillado. El Teatro Nacional a reventar. La música estupenda, ella dándolo todo y cantando perfectamente. Estaba diciéndole a Paula lo sorprendido de la calidad del recital, cuando sonaron las palabras “Cambia lo superficial… cambia también lo profundo”. Era mi canción favorita. En un instante recordé a mi abuela, recordé a Julio, recordé el día que renuncié a la religión, y otros pasajes dolorosos que me tienen acá en vida, disfrutando lo que tengo.

Mis ojos ardieron mucho, no lloraba en años. Nunca le dije a Paula lo importante que fue su abrazo durante esa canción. Creo que no había sido necesario, ella lo sabe. Y ese es uno de los momentos más importantes de mi vida, escuchar a Mercedes Sosa cantar Todo cambia, cuando yo más lo necesitaba. Gracias Negra.

Ver Todo cambia - Mercedes Sosa

jueves, 1 de octubre de 2009

Gabriel Arana tiene razón, soy un geek


Tenía tres años de no ordenar mis dvds. Mi novia me ayudó en el arreglo.

- ¿David, qué tiene este porta dvds?
- Mi linda, estas son películas que no he visto y quiero verlas lo antes posible.
- ¿Y aquel otro?
- Son las pendientes, pero no me urge.
- ¿Y este cd wallet?
- Cuidémoslas, porque son las que me han prestado y no he visto.
- ¿Este fólder cuáles tiene?
- Estas me gustan, pero puedo prestar sin importar que me las devuelvan.
- ¿De verdad? Y este otro fólder.
- Ah, estas son las que me gustan y no presto.
- (Ya con cara de asustada)¿Y el cartapacio?
- Ahí tengo los musicales y conciertos.
- ¿Y este otro?
- Aquí están mis películas favoritas.
- No lo puedo creer… ¿Y estas cuáles son entonces?
- Estas son las VIP, porque son mis dvds originales y superfavoritos.
- ¿Y aquellos?.
- Mi amor, esos son mis ediciones especiales.
- ¿Te das cuenta de algo?
- SIIII… Gabriel Arana tiene razón, SOY UN GEEK… ala gran puta… ya lo acepto, vaya.
- Una noche dentro de Paris, School Girls, Pretty Pink… ¿Y ESTA ES TU PORNOGRAFÍA?
- Este, bueno… este… mmm… no recuerdo, dejame ver si son mías...

lunes, 28 de septiembre de 2009

Las almas errantes del Centro Histórico


Así les llamo a estas personas, en su mayoría artistas urbanos, algunos con talento, quienes se han regalado a las calles del Centro Histórico. En esta adopción obligatoria, se han apoderado de este sector para plasmar su propuesta artística y su tiempo de ocio.

Por las noches se les ve caminando de bar en bar, solos, buscando alguna cara conocida para sentarse a platicar y contar sus aventuras musicales, teatrales, plásticas, Etc. No me malinterpreten, terminan siendo “cae bien” y sus anécdotas son interesantes. Relatan con orgullo cuántas cervezas se han tomado en una hora, cuántos bares han visitado esa noche, a qué hora decidirán con quién acostarse y sus múltiples logros de su espectacular vida como mártir urbano.

El único “pero” que encuentro es mi imposibilidad de entablar una conversación de doble vía. ¿Por qué? Pues fácil, a ellos les importa un carajo mi vida. Que si estoy atrasado en mi trabajo, si tengo felicidades con mi pareja, si quiero ver una película… estas son pendejadas para ellos. Estos seres nocturnos han decidido vivir una vida con pocos compromisos, enviando a la mierda muchas cosas y actividades que para mí sí son importantes.

Si tengo un problema en el trabajo, si sufro un leve ataque de mal de amores, si mi familia sufre de algo… ellos me responden que es mi culpa y preguntan: ¿Por qué te atas a personas? ¿Por qué no sos libre? ¿Por qué seguís siendo siervo de este régimen capitalista? ¿Por qué no sos como yo?

Así que, mis almas errantes del Centro Histórico, no me interpongo en su camino de grandeza individual. Sigan sus sueños, continúen sus aventuras, pero no me vendan la idea de que somos amigos y les importo. Su interés en mí es la excusa perfecta para no tomarse una cerveza a solas, nada más, yo entiendo. Sigamos la dinámica de ese juego y terminemos nuestras cervezas en son de paz. Salud.

jueves, 24 de septiembre de 2009

La boda de Rachel – la familia no siempre es lo mejor


Entiendo por qué a muchos no agradó esta película. A mí me gustó, y mucho. La boda de Rachel (Rachel getting married) es la historia de una familia atenta, amorosa, pero quebrada hasta la chingada. Es una familia disfuncional y me atrevo a decir que no es tan distinta a la tuya o la mía. A veces los miembros deben separarse, ya sea huyendo o enfrentando los propios demonios. Pero siempre existe alguna actividad que los une. En esta ocasión, es una boda.

El relato es muy detallista y humano. Su narrativa es distinta a las comedias y dramas románticos de los que estamos acostumbrados. Muestra escenas largas, con imágenes de cámara en mano y diálogos extensos. Por momentos parece más un documental.

Y si existe un buen ojo, al final de la película uno tiene la sensación que en realidad asistió a una boda, porque se vio la ceremonia, el protocolo, los gestos de bromas, los problemas con los vestidos de las damas, los clavos, la adolescente aburrida, los distintos tipos de música y bailes, la loquita liberal que baila sola, la pareja apartada del evento y las pequeñas pero importantes muestras de cariño hacia los casados.

Lo que más me impactó, la manera en que se retrató en especial a ese miembro iluminado y prometedor de la familia, pero quien terminó rebelde y en decadencia. Y al estilo de la enseñanza bíblica de la oveja descarriada, la familia le regala toda su atención, dejando a otros en soledad. Y esta persona, quien tiene los ojos de todos encima, sabe que necesita ayuda, pero a veces la familia no es la indicada porque al final cada uno guarda un trozo de culpa y no todos lo aceptarán. En el filme, este problemático personaje es Kym, interpretado de manera muy emotiva por Anne Hathaway.

La boda de Rachel, recomendada para ver con paciencia y de manera detallista.

Ver trailer de La boda de Rachel (en "español de España", dirían por ahí.

lunes, 21 de septiembre de 2009

The Boat that Rocked – cuando la música y diversión se rompen la madre contra la moral


The Boat tha Rocked es un filme ambientado la Inglaterra de 1966, época en la cual no existen estaciones de radio convencionales que transmitan música pop o rock&roll porque a la Reina y demás pudorosos este tipo de música les parece inmoral.

En esta esquina, la estación de radio pirata Radio Rock, la cual transmite desde un barco anclado y con un equipo de locutores y DJs entregados en cuerpo y alma a su profesión y la música rock. Todos viven en el mismo barco. No son rockstars, pero saben divertirse como tales. Y han creado una legión de fans alrededor del país. Sus aventuras, bromas y juegos dentro del barco son un total deleite. Algo tontos, no lo niego, pero mate de risa.

En la otra esquina, está la moral, encarnada por un ministro de gobierno. Este desea terminar con las radios piratas en virtud de ganar notoriedad y quedar bien con el reinado.

La música está a cargo de The Who, The Turtles, los Stones, Hendrix… o sea, es un soundtrack de putamadre.

Este filme británico, el cual es más chingadera que otra cosa y tiene secuencias cómicas memorables, en Estados Unidos se estrenará a final de año y se llamará Pirate Radio. En España la titularán Radio Encubierta y en Latinoamérica será Radio Pirata.

Muestra frases inolvidables como "te doy un condón, lávalo bien y vuélvelo a usar", y "por el amor de Dios, solo se acostó con la esposa de alguien más, ¿qué tan grave puede ser?".

Después de verla, me quedó la sensación como si acababa de ir a un concierto de rock o una gran parranda. Nada mal el feeling. Al final, nos muestra lo importante que puede llegar a ser la música en un individuo o grupo de personas. Mejor dicho, la importancia de la música en mi vida.

Solamente me queda recomedárselas y gritar ROCK&ROLL (ya verán por qué).

Ver trailer The Boat that Rocked.