lunes, 5 de octubre de 2009

Cuando cantó Todo cambia


Paula estaba muy entusiasmada por conocerla en persona. Yo no. Hace algunos años había presenciado uno de los escenarios más hipócritas de mi vida, con su música de fondo. Fue en el primer concierto de Mercedes Sosa en Guatemala, en un hotel, con entradas carísimas, en mesas de lujo. Las escenas de argentinos adinerados, argentinos wannabes, izquierdistas pudientes y guatemaltecos soñando ser cubanos, todos gritando felices a todo pulmón canciones de protesta, me dio tanto asco que esa misma noche dejé de ser fanático de su música. Y peor aún, ni cantó mi canción favorita de ella.

Por eso, años después fue difícil el contagio de la emoción de Paula, con quien recibiríamos a la cantante en el aeropuerto un día antes de su último concierto en Guatemala. Ella le haría algunas fotos, yo la entrevistaría. Cuando salió del aeropuerto sentada en silla de ruedas, mostró una sonrisa encantadora. Mercedes estaba feliz.

Luego en el hotel, mientras preparaban su habitación, me le acerqué para intentar hacerle la entrevista. Se negó, argumentando que daría más tarde una conferencia de prensa y sería injusto para mis colegas atenderme antes. Guardé mi grabadora y di un paso atrás despidiéndome. “Oye, eso no quiere decir que te vayas, podemos charlar un poco”, me dijo. Y eso hicimos. Nos habló de que quería ir a La Antigua, pero su prioridad era dar un gran concierto en Guatemala, y si se sentía muy cansada sacrificaría su ida por reposar. También nos comentó sobre sus enfermedades, una reciente caída que había tenido la cual se le había complicado y sobre su hijo. Le pregunté que ¿qué podía cantarle a una Latinoamérica tan jodida?. “Puedo cantarles canciones de paz, canciones de amor, porque todavía tenemos cosas por las que podemos sonreir. No debemos darnos por vencidos. Disfrutemos lo que tenemos y nos hace feliz”, fueron sus palabras, las sentí muy lógicas.

Al siguiente día, ya en el concierto, yo estaba maravillado. El Teatro Nacional a reventar. La música estupenda, ella dándolo todo y cantando perfectamente. Estaba diciéndole a Paula lo sorprendido de la calidad del recital, cuando sonaron las palabras “Cambia lo superficial… cambia también lo profundo”. Era mi canción favorita. En un instante recordé a mi abuela, recordé a Julio, recordé el día que renuncié a la religión, y otros pasajes dolorosos que me tienen acá en vida, disfrutando lo que tengo.

Mis ojos ardieron mucho, no lloraba en años. Nunca le dije a Paula lo importante que fue su abrazo durante esa canción. Creo que no había sido necesario, ella lo sabe. Y ese es uno de los momentos más importantes de mi vida, escuchar a Mercedes Sosa cantar Todo cambia, cuando yo más lo necesitaba. Gracias Negra.

Ver Todo cambia - Mercedes Sosa

11 comentarios:

gretelx dijo...

Mis canciones favoritas de la negra:
"Alfonsina y el mar" y "Juana Azurduy"
Tiene que ver con recuerdos de la infancia, con actos del colegio, con domingos soleados preparando ensalada de frutas.
Y da la coincidencia de que son historias de grandes mujeres cantadas por una gran mujer.

Hikaru dijo...

También es una de mis canciones favoritas al igual que "Sólo le pido a Dios" por más ilógico que sea por mi forma de creer, pero ese es otro tema. Grande su música, así como su persona he de suponer.

Me gustó el relato, tan sincero y real :)

Un gusto leerte David y espero con ansias el café. Abrazos!

Analu dijo...

wow! gracias por compartir tan interesante y tierna historia... creo que cada uno lleva en su corazón un pedacito del de ella...
saludos! kss

Lucybel dijo...

Yo tuve la inmensa fortuna de escucharla cantar hace unos 3 años (puede que cuatro) en La Paz - Bolivia a 3600 metros sobre el nivel del mar. Recuerdo que esa vez pensé que siendo que existe mucha gente que LITERALMENTE sataniza la altura de mi adorada La Paz (llamandola en mucho inhabitable) ELLA, con ya setenta años, podía muy bien llevar un concierto impecable de hora y media y cantar como los ángeles. Allí no había queja alguna (cuando en cualquier persona de su edad hubiera pesado la falta de oxígeno o la presión atmosférica), allí no había ni un quiebre de voz, SOLO Y SOLO el amor de la Negra por su Latinoamerica hasta el confín más recóndito.

La Negra es mi padre (que pasó de rockero a revolucionario), es mi tía (y su Juventud Comunista de Bolivia), es más que nada mi descepción justo por lo mismo que vos pintas, POR LOS DIZQUE IZQUIERDISTAS de auto último modelo y fines de año en USA, pero más que nada ES Y SIEMPRE SERÁ la prueba viviente de que aún existía gente que creía en que un mundo mejor ERA POSIBLE y que nunca perdió la fé.

Esa era la Negra!

Issa dijo...

Es una canción que nos lleva a la reflexión no cabe duda, de eso se trata o se debería tratar la vida, de mutar, porque solo asi podemos crecer, mejorar, madurar, no olvidando ese niño que late dentro. Y si, es una de mis favoritas de Mercedes... que linda historia Lepe Saludos!

La Guera Rodríguez dijo...

Me ha encantado este post!
muy emotivo y sentido.

Me agrada mucho como escribes.
Besos!

David Lepe dijo...

gretel: que bonito comentario. Que lindos recuerdos. Yo su música la conocí hasta de adolescente, y fue casi amor a primera escuchada. Sentía que esas canciones me las cantaba a mí... todavía lo siento.

Hikaru: "Solo le pido a Dios", es una canción de agradecimiento a la vida misma, para mí no tiene que ver con religión u otras cosas. A mí me encanta también. Gracias.

Analu: Cada uno tiene su historia con Mercedes Sosa. Yo tengo varias, pero esta es la más emotiva. Gracias Analu. Intercambiaremos música, seguramente.

David Lepe dijo...

Lucybel: Maravilloso tu comentario, 100 PUNTOS. Para mí era algo parecido, hasta que fui a ese fatídico concierto en el hotel. Ella no tenía la culpa, pero yo decidí responsabilizarla. Luego me volvió a conquistar, solamente entregándose a su público.

Issa: Estoy totalmente de acuerdo contigo. Gracias por tu acertadísimo comentario.

Diana: Gracias por tu halago. Fue un día emotivo ese.

Krishna van den Brule dijo...

Buen post, pero creo que la poesía al fin y al cabo no tiene dueño. O como dijera Mario Ruoppolo en "Il Postino" ... "la poesía es de quién la necesita"... ya sería hora de que nos fijemos en lo que nos une y no en lo que nos divide. Repito Gran Post

Prado dijo...

dejó buena herencia la señora. Abrazo.

David Lepe dijo...

Krishna: Gracias por tu comentario. Es cierto, la poesía es de quien la necesita, no hay duda.

Prado: Estoy de acuerdo. Abrazo.