lunes, 25 de enero de 2010

Metallica – bravo Jason Newsted.


Siempre me imaginé ¿qué sucedería si Jason Newsted, mi integrante favorito de Metallica, se volviera a encontrar con la banda que lo orilló a renunciar? Me nacían imágenes de él sacándoles el dedo a los demás o riéndose en sus caras por verlos tan desgraciados. En otras ocasiones, los imaginaba abrazándose y fumando la pipa de la paz.

Pero en la inducción de Metallica al Rock&roll Hall of Fame, en 2009, me quitó la duda por completo y me impresionó. Jason es un pacifista del rock. Tanto, que hasta tocó Master of puppets junto a Robert Trujillo y el resto de la banda.

Master Jason… mis respetos. Sean testigos:

Agradecimiento de Jason Newsted.


Master of puppets con Rob y Jason en bajo


Fotografía: Getty Images.

lunes, 18 de enero de 2010

Metallica – El Master Natas.


Año 1993. Era el Concurso Anual de Doblajes e Imitaciones en el colegio. El negrito de bach se había disfrazado de militar y doblaría Muévelo de El General. La canchita de conta le haría de Thalía. Los cuasimodelos de bach en chencas y litros serían The Sacados. Todos esperábamos un gran espectáculo.

Se apareció Natas, un chavo de perito en merca algo zafado, quien sus temas de conversación eran mota, heroína, prostitutas (“que vivan las putas”, decía con voz alta los viernes), y por supuesto… Metallica. Me vió, me tomó de la camisa y gritó “¿por qué no trajiste playera negra?”. Estaba eufórico, necesitaba de urgencia a dos chavos que tuvieran playera negra para que lo acompañaran a improvisar en su presentación de Master of puppets. Ya había conseguido dos guitarras acústicas y una peluca de colochos castaños.

La plaza estaba llena de estudiantes. Ya habían pasado los de Garibaldi, los Vilma Palma e Vampiros y los Alux Nahual. Le tocaba al Natas, quien ya había convencido a dos patojos de básicos para acompañarlo. Dio su caset, agarró el micrófono, se arregló la peluca e inició el show. La cinta estaba mal grabada, así que se escuchaba con poco volúmen. El Natas comenzó a mover la cabeza de arriba abajo, y la peluca salió volando. Él corrió a recogerla. Al voltear a ver a sus compañeros, se percató que no conocían la canción. “Muévanse pues serotes”, les gritó. Comenzaron a tocar las guitarras muy asustados.

Sonaba ya el "End of passion play / crumbling away", pero la música se escuchaba con muy bajo volúmen y el sonido que llenaba la plaza eran los berridos del Natas. Mientras más cantaba, más rociaba de saliva a los jueces del concurso, quienes se sentaban en primera fila.

Los estudiantes, ya fuera por susto o risa, se cagaron. A medio solo de guitarra de Hammet, el jurado decidió pulsar el stop a la cinta. Natas y sus secuaces se detuvieron por unos segundos, y luego salieron caminando del escenario. Nadie aplaudió, nadie siguió riéndose. Solo se escucharon las palabras del grupo imitador de Megadeth “seguimos nosotros, a la verga, yo rajo”, “yo también”, “a huevos, que clavo”.



Más Metallicuentos acá.

lunes, 11 de enero de 2010

La piñata


Me sentí como pez en el agua durante una fiesta de niños hace meses. Pudo haber sido porque para mí, una fiesta con piñata es similar a una reunión con mis amigos de universidad, borrachos. En estos eventos se presentan la risueña de la fiesta, el enojado, la llorona, la mamona, el culebra, el pesado, el presumido y la cuzca (LOTERÍA). Y también hay juegos, conquistas, palabrotas, golpes, excesos, vómitos… ¿Qué más puedo esperar?

Una niña no quería subirse al saltarín inflable. Los padres la obligaban. Ella lloraba, se tiraba al suelo, escupía… mientras los demás niños cual kamikazes saltaban hasta de cabeza. “Es momento de vencer tus miedos”, le aconsejaban a la señorita de 3 años, mientras ella pedía ir mejor al resbaladero.

Otro niño se escapó de salir en la fotografía oficial del evento. Estaba retirado del grupo y caminaba solo por el terreno. La mamá lo regañó muy fuerte, pero el niño lo había decidido, sería el recha de la fiesta. “No se preocupe, así era Kurt Cobain de niño”, le dije a la joven madre. No le hizo gracia mi comentario. A mí sí, mucho… todavía me da risa.

También corría el mito de que llegaría la “niña que no sonríe”, y que el padre de ella siempre ofrecía Q100 a quien le sacara una sonrisa. La encontré minutos antes de irme, caminaba cerca del columpio. “Tú eres la niña que no sonríe, mira esto, bla bla bla”, le grité haciendo payasadas. Ella por ponerme atención, no vió una silla tirada y tropezó. Yo ya iba en carro de regreso a casa y todavía se podía escuchar su llanto. Que pena, en vez de Q100 me hubiera podido ganar una manada.

Salí alegre, contento, con dos hotdogs jumbo y casi un pichel de horchata en mi estómago. También terminé con mi bolsa de dulces que encontré en una mesa, creo que eran del “niño peleonero”. Ojalá y hayan sido, se lo merece, amenazas como él me fastidiaban de niño en las piñatas. ¡Que buena estuvo la fiesta!

jueves, 7 de enero de 2010

The Fall de Norah Jones, mantiene su corona.


El cuarto disco de Norah Jones, titulado The Fall (2009), manipula un poco su toque y logra mantener la corona de Miss Mellow. Eso es bueno. El cambio musical resulta leve, pero notorio. Ya que su estilo es un delicioso licuado de jazz, con country y pop; ella aprovecha a jugarlos y añadirles rock electrónico, gracias a sonidos gentiles de sintetizador y distorsiones de guitarra eléctrica. Su voz es la prioridad auditiva, cargando con todas las canciones y ayudándose de bases de guitarra, piano y órgano.

Las letras también son similares a sus anteriores trabajos, con una pequeña inclinación. Aunque la mayoría de temáticas siempre se han centrado en momentos tristes de relaciones amorosas, ahora se enfoca en los últimos instantes. Inclusive, pareciera que estas canciones son creadas y cantadas minutos antes del final. Tal vez por eso se llama The Fall, porque este disco tiene la energía de estar a metros de una caída, tan anunciada como inevitable.

Recomiendo el tema Light as a feather, que habla sobre la manera en que la vida nos separa y nos une con personas importantes, valiéndose de un esfuerzo tan liviano como una pluma. Otra es Back to Manhattan, corta historia de estar en medio de dos mundos, de dos costumbres, de dos amantes. “I know nothing about leaving, but i know i should do it today”, canta Norah, sin titubeo, asegurando las consecuencias. Y el sencillo principal Chasing Pirates, himno al insomnio y la ansiedad cuando sentimos que la noche no ha terminado, por lo menos para uno, y la mente arranca a correr hacia pasillos y rincones los cuales no deberían ser visitados.

La canción que finaliza el disco es Man of the hour, dedicada a su único amigo y acompañante fiel. Si quieren conocerlo, es quien aparece con ella en la portada del disco. Concluyo, Norah Jones continúa celebrando con nosotros la dulce melancolía y su música sigue dando ganas de hacer el amor.

lunes, 4 de enero de 2010

Gracias Frusciante


Querido John:

La noticia de tu retiro de los Red Hot Chili Peppers (otra vez), me entristece, más no me sorprende. Te quiero agradecer tu tiempo en la banda, ya que tus acordes me han acompañado en momentos importantes de mi vida. Lo que sigo sintiendo al escuchar Under the bridge y Breaking the girl es único y todavía no lo puedo explicar.

Nunca olvidaré tu regreso triunfal con el discazo Californication y la presentación única y de a toda madre en Woodstock 99. Aseguro, Scar tissue, Otheside y Parallel universe no existirían sin tu aporte, o no sonarían tan deslumbrantes. No es que Dave Navarro lo haya hecho mal, pero vos encajaste mejor con los demás integrantes… y dejándonos de pajas, sos el mejor, cabrón.

Verte en los extras del dvd Off the map, tomando té de ginseng y haciendo yoga, siempre me impulsan a meditar un poco, actividad que no practico lo que debiera. También me inspira tu forma de ser tan aparentemente relajada y fresca, no debe ser fácil lidear con Anthony, Flea y Chad. Y luego By the way, Can’t stop, Snow ((hey oh)) y Tell me baby, son lo máximo de esta última década terminada.

Te confieso, solo conozco esbozos de tu carrera como solista, pero te deseo lo mejor y espero escuchar más de tus propuestas en solitario.

De nuevo, gracias Frusciante.