lunes, 18 de marzo de 2013

De repente

De repente me encuentro esperando con qué canción de la alarma de tu celular nos despertaremos ahora. ¿Será la cantante sueca gritona? ¿Será la balada de No Doubt o de Café Tacvba?

De repente me alegra escucharte cantar en la ducha. Una persona que canta no se entristece tan fácil.

De repente vuelvo a ver House, ahora contigo, juntos, qué maldito es House.

De repente me organizas mis dvds con mucho cuidado y cariño, y yo me siento agradecido, pero minutos después cambio el orden de las cajas porque no es posible que el documental de Tom Petty esté en el sector de películas, en medio de Reservoir Dogs y Kill Bill.

De repente me creció la barriga, me convenzo que es de felicidad.

De repente otras personas me piden consejos, como si ahora poseo el secreto para ser feliz en pareja.

De repente compartimos medicamentos antes del desayuno y después de la cena.

De repente me gusta estar tanto contigo, que cuando peleamos, se me mete el diablo de la frustración porque estábamos tan bien.

De repente me acostumbré a darte un beso en la frente antes de dormirnos, y desearte que tengás una linda noche y que sueñes cosas bonitas.

domingo, 10 de marzo de 2013

Red Hot Chili Peppers es

RHCP es aquella medianoche en que vi en premier mundial el video de Higher ground, y me pareció algo muy loco, sobre todo el tipo bailando en minifalda.
Es aquella temporada de tardes solitarias consolándome con Under the bridge.
Es la fantástica burla de Al Yancovic y Los Picapiedra.
Es el intento fallido por aprenderme Suck my kiss.
Es ese discazo Californication.
Es su histórica (y acortada) presentación en Woodstock 99.
Es la magia de Frusciante.
Es una mañana de vacaciones baliando Can't stop.
Es la frase “Come to decide that the things that I tried were in my life just to get high on”, en Snow(hey oh).
Es ese conjunto de escenas raras en blanco y negro del dvd Off the map, en que hacen yoga y toman té de ginseng.
Es la bendición de haberlos visto en concierto como la gran banda de rock que son, hace unos días.
Es Flea, en su máxima locura, enseñándonos cómo es la onda, poseido a lo Jimmy, a lo Angus, a lo Ozzy.
Es la grandiosidad del rocanrol.

lunes, 4 de marzo de 2013

Slash by Slash

 La primera vez que tuve en mis manos Slash, by Slash, libro en el que el exguitarrista de Guns N’ Roses y Velvet Revolver, cuenta su propia historia, me dediqué a buscar los grandes misterios de GNR como el día que conoce a Axl Rose, el primer ensayo de la banda, el primer concierto, cómo grabaron los discos Use Your Illusion, cómo se separó el grupo y cuáles fueron las peleas. El texto más o menos lo explica.

Para la segunda leída, un año después, decidí hacerlo como se lo merece todo libro, de principio a fin. Y me encontré con un relato divertido y a la vez emotivo, acerca de un chico que estaba perdido en el mundo y tuvo la dicha de ser un gran guitarrista y conocer a compañeros de grupo muy similares a él, tanto en el talento como en los excesos.

El principio es desgarrador. Slash, o Samuel Hudson como lo llamaron sus papás, lo que más recuerda de su padre es que realizaban caminatas interminables durante las tardes, así conocían pueblos vecinos al suyo. La verdadera razón de estos viajes peatonales era que sus padres peleaban demasiado e inclusive la mamá llevaba a otros hombres a su casa, entonces el papá decidió caminar con el niño para ignorar la situación.

De adolescente se puede decir que era un pequeño delincuente. Robaba comida, revistas, artículos para su bicicleta y cigarros en supermercados, además de casetes en las tiendas de discos. Así conoció el álbum que lo inspiró a ser músico: Rocks de Aerosmith.

Y las historias de GNR cuentan tantos excesos que uno se sorprende al ver que los cinco miembros originales siguen con vida. Los pasajes graciosos son muchos, como cuando Slash estaba convencido de que el coro de Paradise City debía ser “take me down to the paradise city were the girls are fat and they have big titties”. Axl estuvo en desacuerdo por obvias razones. O que Sweet Child O' Mine nació de una broma que Slash le hizo a Axl, cantándole unas líricas dulces con el famoso acorde que ya conocemos. Axl lo tomó como referencia y al siguiente día quería grabarla. Ninguno de los demás quería hacerlo por ser tan cursi, pero lo trabajaron y así se elaboró esa gran canción de rock de todos los tiempos.

Y los momentos de Izzy son tan mágicos como fugaces, igual a su carrera. La primera vez que se conocieron fue cuando Izzy buscó a Slash en una tienda de discos para felicitarlo por un dibujo de Steven Tyler que el melenudo realizó. O cuando este dúo comenzó a inventarse la letra de Nightrain en un callejón luego de un concierto, en honor al vino más barato y fuerte que vendían cerca de su casa llamado, claro, Nightrain.

Después de leer el libro uno entiende por qué Slash, Axl, Izzy, Duff y Steven nunca tocarán juntos otra vez. Esa banda no debió sobrevivir tantos años, eran una bomba de tiempo. Las drogas, los egos y las diferencias eran demasiadas. Además, el único dueño del nombre ahora es el señor Axl Rose.

También hay pasajes muy interesantes de cómo Slash recibe consejos increíbles de Ronny Wood y Keith Richards, o cuando se reencuentra con Duff e Izzy y deciden formar Velvet Revolver. Meses después Izzy se va porque prometió nunca más trabajar con un vocalista en una banda. O cuando uno de sus mejores amigos se muere en sus brazos a causa de una sobredosis en un hotel de Nueva York.

Peleas con mujeres, arrestos, amistades con dealers, desacuerdos con disqueras, muertes de amigos, delirium tremens… en fin, las mejores anécdotas del rocanrol de este sobreviviente.