El gentil arte de la incomunicación
Cuando entendí y acepté que nada es para siempre, me quité de encima el peso de un tractor. Sé bien, conozco estas palabras. Pero no adormecen el adiós de hoy. Golpe duro, parecido a los de ayer, uno a uno… poco a poco… diente a diente.
Creo que se le llama culpa, a esta sensación de incomodidad, este nudo de imágenes en mi cabeza. No hay presión en el pecho, tampoco revoloteos en el estómago. Solo se respira un vacío… torpe, atarailado, confuso. Recuerdo las palabras “no hay mal que dure mil años, ni idiota que los soporte”. Yo prometí… soportaría. Te fallé.
Hoy no supe qué decirte. Nunca decidí si debía darte lo que necesitabas o lo que querías. Pequeña similitud… inmensa diferencia. Tu felicidad está a la vuelta de la esquina, pero hoy no espero ahí. Hoy me quedo, malabareando lo que pudo haber sido y perfeccionando el gentil arte de la incomunicación contigo.
“Gracias por todo”…
“¿De qué?”
Comentarios
Ánimo D.
Un abrazo.
Besoooos
Exhibir
Un abrazo Taurino
Tan precioso que es el amor, tan facíl que sería quedarse viendo los ojos de una amante por siempre ¿Por qué hay que compartir aficiones, gustos, la familia y lo que hacemos cuando podriamos quedarnos en una cama para siempre con alguien, por qué se entromete eso y arruina el amor?
el gentil arte de la incomunicación....
sigh...
no decir las cosas a tiempo y asumir es una lata...
sigh...
abrazo!!!!!
Muchas veces -la mayoría- las cosas no salen como las planeamos, pero no creo que lo que necesites sea un consejo o un consuelo. Justo ahora yo siento que en cualquier momento puedo estallar, porque el hecho de decir "estaré ahí siempre" es algo tan delicado que así de fácil se puede romper, sin quererlo. Si me permites, creo que tomaste la decisión correcta al no engañarte a tí mismo cargando con un peso que sabes no puedes aguantar. Eso es algo muy respetable.
Nada es para siempre amigo, triste y cruel realidad.
Un abrazo grande :)