El redescubrimiento de Michelle

A Michelle la conocí en la universidad. Nuestro primer encuentro fue cuando me pidió un cigarro afuera de la clase. Le dije que no tenía. Un par de minutos después apareció con un cigarro y me preguntó si tenía fuego. “Tampoco tengo”, le contesté, pensando en que si yo no fumaba, para qué iba a tener encendedor…

Así era ella, energética, impulsiva. Con actitud In your face, no la pensaba dos veces. Sus raíces roqueras las presentaba en todos sus actos. Me asustó una mañana que caminó dos cuadras de más solo para darle unas monedas a un indigente, quien vestía una playera vieja de Black Sabath y cargaba una gran melena. Nosotros nunca teníamos mucho dinero, menos para regalar; además no creíamos en la limosna. Le pregunté por qué le había dado dinero. Me contestó “porque ES PELUDO y ROQUERO”, e hizo la señal del Heavy Metal con sus manos.

Su voz ronca era especial. Cuando me llamaba en las mañanas, no sabía si ya estaba lista para salir a sus aventuras o se acababa de levantar con resaca.

No escribo esto criticándola o burlándome, lo hago celebrando su poder. Cuando más depre o de bajón andaba yo, ella sin mucho esfuerzo me levantaba y sin tanta casaca me convencía que había que hacerle huevos. Aunque no se dejaba de nadie, a mí nunca me trató mal. Siempre fue atenta, siempre fue linda conmigo.

Tenemos casi 10 años de no vernos. Ella ahora vive en Estados Unidos y por sus fotos de Facebook, puedo decir que se la está pasando muy bien, trabajando fuerte, disfrutando la fiesta y extrañando un poquito Guatemala… solo un poquito.

Hace unos días me escribió por Email anunciándome que iba a leer todo mi blog para volver a conocerme. Confieso, yo reí. Pensé “bueno, lo que cuenta es la intención”. Pero contra todos mis pronósticos, ya llegó casi a la mitad y con comentarios incluidos… muy buenos comentarios por cierto.

Así que, Michelle, si algún día llegás a este post, te quiero agradecer tu deseo de volver a conocerme. De regresar en mi vida, aunque sea de manera virtual, y recordar la amistad que alguna vez tuvimos. Me conmueve la idea de querer volver a conocer a un amigo, saber de sus cambios, sus giros y sus vueltas de gato.

Por los viejos tiempos… un abrazo amiga.

Fotos: Robadas de su Facebook.