Metallica – Crónica de 4 horas y 45 minutos.
10:00 A.M. Llego al C.C. Galerías Miraflores, pensando que tardaría unos 15 minutos para comprar mi entrada al concierto de Metallica. Ese día iniciaba la venta a las 10 de la mañana. Me encuentro que casi 300 personas pensaron lo mismo, llegaron antes que yo y están haciendo cola. Okay, suave, imagino pasaremos rápido. Eso sí, estar bajo el sol no me agrada nada.
10:30 A.M. Platicamos con un chavo notario quien se escapó del trabajo. Me cuenta su experiencia del toque de Metallica en México este año. “Me gradué en conciertos de rock”, dice. No lo dudo. Se siente un ambiente agradable en las afueras del centro comercial. Algunos chiflan, otros ríen. Playeras negras por todos lados. Una mini celebración de lo que vendrá el 5 de marzo del 2010.
11:00 A.M. Tengo la misión inicial de comprar 4 entradas. Me llama mi amigo y pregunta “me podés comprar mi entrada”, y le respondo que con mucho gusto si me deposita el dinero a mi cuenta, porque yo ando pobre. Lo apresuro, no vaya a ser que pase rápido y le quede mal. Minutos más tarde otros dos amigos piden otras dos entradas, pues órale, con gusto, en total compraré 7 entradas. Bravo Metallica.
12:00 P.M. Llevamos casi dos horas y la cola no se mueve. Hay rumores que se acabaron las entradas. Unos dicen que el sistema se cayó, que en otros puntos de venta está igual de jodido. Otros llaman y llaman a sus amigos para monitorear Todoticket.com, sitio caído desde hace horas. Preguntamos a los encargados y nadie sabe nada, clásico. El sol ya me tiene un poco mareado y molesto. Llamo a mi novia para pedirle consuelo… y lo obtengo. Gracias. Y nos enteramos que la chica de adelante viene sola, comprará solo una entrada para ella y planea ir así al concierto. “Es difícil explicarlo”, nos comenta.
12:30 P.M. Se acerca un chavo, dice que es amigo mío de la infancia, creo reconocerlo pero no aseguro su identidad. Me pide que le de cola a él y a sus 4 amigos. Me niego. Me insiste. Con el calor, las molestias y la incertidumbre en mi cabeza, me veo obligado a decirle “mano, me pela verga, no te puedo ayudar, disculpá”. El maldito me hace señas e intenta hacerme sentir culpable. Falla. Minutos más tarde llama otra amiga “estás en la cola, mano, serás nuestra salvación, ¿podés comprar 4 entradas?”. Le prometo solo tres, porque el mínimo de compra son 10 en total. No es suficiente, no es mi problema. Más tarde me llamaría para disculparse y preguntarme qué onda.
01:00 P.M. No siento hambre, ni calor, ni sueño, ni desesperanza, ni molestias, ni ganas de ir al baño… ya no siento nada, excepto un hormigueo en la cara y nuca por la quemada de sol. La cola sigue estancada. Pasan dos niñas fresas con su bolsita de Zara, nos ven, susurran, se cagan de la risa, y nadie dice nada. No hay energías para decir en voz alta que se metan su bolsita en medio de las piernas, solo lo pensamos. Pasan también dos edecanes vestidas de duendecitas, con traje bien pegado al cuerpo. Nadie les silva, nadie piropea, nadie dice nada. Todos callan, sudan, esperan.
01:30 P.M. Ya no aguanto esta mierda. Es insoportable. Y la esposa de mi compañero de atrás comienza a llamar con insistencia. “Pero mi amor, qué puedo hacer, ahora ya estoy acá. Sí, es pésimo servicio al cliente. ¿Que con quién podemos hablar? Pues podemos llamar a los cuates de Metallica, pero creo no les importará mucho”, contesta. Yo intento reir, pero el dolor de piernas y la pestilencia de mi camisa empapada en sudor lo impide. “¿Cómo es que aguanto tanto sol, cuando odio asolearme? Mi amor, es difícil explicarlo”, le contesta el compa de atrás a su mujer.
02:00 P.M. La cola ya está caminando. Cada vez veo más cerca la entrada. Al final, puede ser posible.
02:45 P.M. “Aquí están sus entradas”, me dice la señora de la taquilla. Yo tomo mi celular y escribo el mensaje de texto más importante del año: “Listos para METALLICA motherfuckers ya tengo sus entradas ME DEBEN GRUESO MUCHAS”. Y sonrío.
03:45 P.M. Se me dificulta manejar por el dolor en la cabeza, en la cadera y en las piernas. Paso a una farmacia a comprar crema medicinal para quemaduras de piel. Estoy hecho un camarón. Me llama mi novia “no sabía que eras fan número uno de Metallica”, me comenta. Le digo que no lo soy. Me pregunta que entonces por qué me jodí tanto para conseguir mi entrada. Le respondo “no sé, es difícil de explicarlo”.
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Comentarios
Presumo que si Metallica llegara a acá la historia sería medio similar. Es casi imposible para alguien que tenga un leve conocimiento de lo que es buena música (ya no diremos rockero, ya no diremos Metalero... solo que sepa de buena música) el NO IR a un concierto de la envergadura de Metallica.
No sabes lo mucho que envidio tu suerte. Creeme, 5,7,9,10,24 horas de sol, lluvia, granizo o tsunami no me pararían para comprar una entrada sies que Metallica vendría a Bolivia... seguro que no y es más, después... re mojada y con evidentes marcas de quemaduras de sol tendría la sonrisa de oreja a oreja.
Un saludo desde Bolivia!
Al igual que vos no soy fan y creo que solo oi a Metallica durante los noventa.
El motivo de animarse a ir a estos eventos y gastar la plata que cuesta para mi, es el compartir un evento con importancia de tipo historica (Creo que ningun grupo de esa magnitud en pleno apogeo de su carrera ha venido aqui antes) y poder hacerlo con buenos amigos. Seran recuerdos que valdran la pena en los años a venir.
Carlos S.
Saludos!
Chapolita: Yo sé que tú amiga, te alegrás por nosotros. Ya te contaremos nuestras historias. Un abrazo.
Carlos S.: Pues señor, me alegro por vos. Y te digo, yo sí soy fan de Metallica, pero no soy fan No. 1, ni 2... ni 10... pero sí tengo todos sus discos y me gusta la mayoría. Saludos y éxitos.
Sandra: Mi querida Sandra, que lo siento. Tengamos un poco de esperanza. Te deseo lo mejor. Un abrazo.
Prado: Ah ya, ya... jaja. Pero ese pago conjunto de deuda suena prometedor. Gracias.
Anónimo: Disfrutá tu logro y felicidad. Que buena onda. Y mejor que no te la hayás sufrido. Pero como dijo un chavo en la cola luego de 4 horas bajo el sol "si no, no es toque de Metallica vos". Saludos.
Kózmica: Gracias por tu envidia (de la buena, digo yo). Tienes que contar el concierto en Monterrey, tienes que ir. Gracias, un abrazo.
Hilda Guzmán: No se diga más. Aquí está la respuesta. Gracias... totales. Me callo. Gracias señorita, saludos.
que suerte los que puedan ir =D
es una experiencia agradable este tipo de conciertos.
saludos
Diana: ¿Y tú por qué no vas?
Ma. Reneé: Vos sí entendés el rollo. Gracias amiga. Abrazo.