lunes, 1 de diciembre de 2014

La melancolía de Amable Sánchez Torres

No soy un experto en poesía, pero cuando leí las colecciones de poemas “Nudos en la sombra”, “Delito mayor” y “Cosa cordial” de Amable Sánchez Torres, se abrió una puerta en mi mente.
Vaya que la melancolía nos tira al suelo y juega con nuestros recuerdos como niño con trompo nuevo (o app de trompo en algunos modernos casos).
Varios textos rozan con ser cartas de despedida antes de la muerte, con la idea de “ya me voy, estuvo bonito todo, hubiera querido más, hubiera preferido que fuera mejor”.
No siempre estar despierto es estar vivo”, dice uno de los poemas. “Quizá somos los hombres como esas estrellas que murieron hace siglos y cuya luz nos llega todavía”, sigue. “Haber vivido, entonces, solo será un traspiés en la memoria”, remata.
Tiene textos bañados en vacío y abandono, algunos en esperanza y otros en la urgencia por soñar, sin importar si sea dormido o despierto.
“Yo me rebelo contra mi destino y le escupo a la cara a quien intente jugar conmigo a la gallina ciega. Judas no es un traidor, sino una víctima tan indefensa como otras. Que nadie lo condene sin escucharlo antes”, escribe el autor.
Destaco esto porque tengo el deseo de volver a leer estos libros, y regresar a estas palabras que me ensañaron a no distraerme en cosas que no valen la pena, porque nuestro tiempo está contado y es valioso. Y cuando llegue el momento de cerrar los ojos, lo quiero hacer con una sonrisa, al menos a medias.

Gracias Eddy Roma por el regalo.

Ahora, las vida y las decisiones del autor son otra cosa. Si quieres saber más acerca de Amable Sánchez Torres, pulsa acá.

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