lunes, 30 de enero de 2012

Un regreso añejado


El cineasta sueco Ingmar Bergman dijo acerca de la vejez “envejecer es como escalar una gran montaña: mientras se sube las fuerzas disminuyen, pero la mirada es más libre, la vista más amplia y serena”.

Mis familiares y amigos de 50 años de edad para arriba me dicen que yo actualmente a mis 35 años estoy en la plena flor de la juventud. Mucha emoción y apoyo en esas palabras, pero cada día que pasa se siente todo lo contrario.

La idea de ver cada vez más lejos a la juventud la marcó mi regreso a la universidad este año, en un intento desesperado por cerrar uno de los círculos más fatídicos de mi vida: la carrera. Es fácil decir que me siento viejo cuando llego a la universidad y las chavitas con tacones más grandes que su cabeza suben más rápido las gradas que yo, y jadean menos al final. O que en mi clase nadie me gana en conteo de canas, y que en realidad casi les doblo en edad a varios, o que con algunos actuales catedráticos nos dimos copia en clases hace 15 años. Pero quitando lo obvio, comparto 5 razones por las que me siento cada vez más avejentado cuando llego a la universidad en estos días.

5. Me siento hasta adelante. No lo hago por querer ser nerd, la razón es que ya no escucho ni leo bien de lejos.

4. Veo a la grama recién cortada invitándome a recostar mis nalgas en ella y fumarme cualquier cosa como lo hacía en mi época post-grunge, pero lo único que se me antoja es una silla decente y un café caliente, no de esas basuras frapés.

3. Durante el receso, en vez de que se me venga a la mente la frase “qué montón de gente”, pienso “ah, ishtal infeliz”.

2. Escucho a algunos estudiantes jóvenes hablando muladas y pienso “yo era así, puta, qué vergüenza”.

1. Y cuando me encontraba sentado, descansando tranquilo en una banca, dos patojas de primer ingreso se me acercaron con su voz chillona “disculpe SEÑOR, ¿dónde queda Información?”.

10 comentarios:

Edwin Morales dijo...

Mano, que fea situación, maldito tiempo que tiene la mala costumbre de no pasar en vano.

Prado dijo...

La última razón es devastadora. Yo conozco la sensación. Saludos David.

el VERDE !!! dijo...

Qué te diré, Lepe. Pasé por lo mismo el año pasado; de junio a diciembre. Por suerte no hubo tanto "señorío" a mis oídos, jeje.

Lo más difícil fue ubicar a los compañeros de clase dispuestos a sacar las tareas en grupo y sacudirse a los pelex.

Lo otro desagradable que viví fue el ambiente en el aula. El 90% del comportamiento estaba vedado "en mis tiempos". Me desesperó el constante cuchicheo, las llamadas telefónicas adentro del salón, el ruidito de la mara textéandose en cuanto puto gadget tiene y lo huevona que puede llegar a ser gracias a la tecnología.

Pero se sobrevive, se puede; es lo que puedo dejar a manera de alentadora conclusión. Ánimo, aprovechá la experiencia de vida y volvete el viejo cool.

klavaza dijo...

Esos retornos son geniales Lepe. La segunda vez que volví a las aulas, recuerdo, al salir de la primera clase, me cayó una señora de cierta edad y me dice. "Qué suerte conocerte, te busqué por el número de carnét, para no sentirme sola!". Waaaaaa, huí como el León Melquiades, por la Izquierda! Pero mirá, este post me hizo reír como nunca. Y estoy pensando volver una vez más, a cumplir como decís, con el compromiso pendiente. Total, es mejor que ir a ver videos de la Britney, como me mandaron hace poco en el Face.

Ana Liz dijo...

Me encantó tu artículo, hoy justamente amanecí sintiéndome viejita, creo que es por la cercanía de mi cumpleaños... me encantó lo de tu amigo León R.

David Lepe dijo...

Edwin: El tiempo se pasa llevando mucho, por eso hay que reir cada vez que tengamos oportunidad. Saludos amigo.

Prado: ¿Qué verán en uno cuando te dicen "viejo"? mejor ni lo pienso. No es que me afecte envejecer, pero a veces ni uno se aguanta. Abrazo amigo.

el VERDE: sí vos, no dejan en paz sus gadgets, qué jodedera. Pero ni modo, eso es la evolución dicen muchos. Lo tomaré con sentido del humor. Gracias manín.

Leon: Anécdota de oro acabás de compartir acá. Me mataste de la risa. Gracias vos. Saludos a Britney.

Ana Liz: los cumpleaños siempre son los mejores detonantes de este sentimiento. Gracias por leerme y un gran abrazo.

Ingeniero dijo...

Definitivamente el "Señor" es lo más doloroso, a mis 37 lo mejor es resignarse. Por mas que digan los veteranos que uno se encuentra en la flor de la juventúd, uno no se siente como tal. Buenísimos los comentarios, más de uno nos sentimos identificados.

Classic Textiles dijo...

nice cat

Pedro Alejandro dijo...

mmm pero podrias salir con la licenciada esa que a todos les gusta pero que nadie se anima a hablarle. Salis con ella y no creo que haya clavo que le hables de tus notas.

Melina dijo...

Me identifique! yo acompañe a mi esposo a la Lanvidar porque es uno de sus clientes y lo espere en "el peladero". Fue horrible! las chavas con la piel como nalguita de bebé, cero libras de sobrepeso (más bien les faltaba), cuando veía las más guapas pensaba que así sería mi hija que ahora tiene 3 años... en fin, lo peor fueron las gradas que se me ocurrió medio caminar y casi me caigo muerta de cansancio mientras todos corrían como gacelas.

Nooo y luego me senté en una banca toda exhausta y a la par se sentaron dos viejitas y me dijeron: que frió hay hoy verdad? cómo si fuéramos de la misma edad!!! no lloré pero poquito me faltó.

Me lo prometí, no voy a volver a ir. Regrese toda deprimida y me dormí temprano :(