jueves, 29 de septiembre de 2011

Está bien, recordemos al Nevermind de Nirvana



Imaginemos un mundo sin computadoras o Internet, sin iPods, sin teléfonos celulares, sin miedo a perder la vida en la calle, sin Shakira, sin plasmas, sin tanta narcoactividad y sin concepto de la palabra “digital”. Así era la vida a finales de 1991 en Guatemala, y tal vez en el mundo entero. Se carecía de todo lo mencionado y no por eso era un mundo peor... o mejor.

Con Smells like teen spirit y Come as you are en dos pedestales, esperábamos que viniera al país el disco entero (más bien caset) de Nevermind, el cual según MTV y algunos locutores de radio nacional sonaba como nunca antes lo había hecho una banda de rock. Por meses nos conformarnos con un sencillo del Teen spirit, que tenía como lado B una rasposa y pegajoza Even in his youth.

Hasta que al fin, como si el mismísimo arcángel Gabriel anunciara la venida de Cristo, alguien corrió el rumor en el colegio “ya venden en Discos y Cosas el caset de Nirvana”. Pensarán que exagero al describir la agitación de esa espera, pero no querido lector, no desproporciono la intensidad, la recuerdo como si fuera ayer, pero no tanto como el día que llegó el Nevermind a mis manos.

Porque así lo fue, ese caset, ese maldito caset de disquera costarricense con fallos del sonido en bocina derecha del lado B, llegó a mis manos. Sacamos el Use your illusion I de la casetera y le dimos play al Nevermind. Viaje total. Aunque no teníamos idea de lo que cantaba o gritaba Cobain, ahí estábamos todos (en verdad éramos como cuatro pendejillos) haciendo historia y moviendo las cabezas a lo que sería el disco que cambió la historia de la música y que este año celebra sus 20 primaveras de existencia.

Con todo y esa agónica distorsión de guitarra, las primeras canciones que nos pegaron fueron Breed, Lithium y Territorial pissings, putamadre, qué rabia, qué frases, qué desmadre. “Never met a wise man / if so it’s a woman”, más verdad imposible. Ya con el tiempo In bloom, Polly, On a plane y Something in the way quedaron tatuadas en nuestra mente. “Rather be dead than cool”, decía con calma la agitada Stay Away, “como tú digas Kurt”, respondíamos.

Ahora, no sé con exactitud si eran las canciones que necesitábamos o si la disquera y los medios masivos necesitaban que nos gustara; no es tan fácil como descifrar si vino primero el morete o la patada. Y confieso, en ese momento no pasó ni cerca la idea de que Kurt Cobain se convertiría en una especie de mesías, de gurú, de nuestro Hendrix/Lennon, de un amigo que nos urgía tener y guardar.

Pero el Nevermind llegó y se quedó, enseñándonos a cantar “I´m so ugly / that’s ok ‘couse so are you”, o "i'm so horny / that's ok / my will is good", para el resto de nuestros días y por los siglos de los siglos…

Y la llegada del CD, de su actuación en los MTV Awards de 1992, la salida de In Utero, el acústico... son otras historias, otro día se las cuento.



2 comentarios:

subcomandante dark side dijo...

Lithium fue la canción con la cual los de mi clase volamos cabeza y nos volcamos hacia el grunge en ese tiempo...

David Delio dijo...

Justamente recordaba en mi blog ese año 1991, sin todas las babosadas tecnologicas de hoy en dia, y por mas increible que parezca me gustaria volver a esa epoca, no se quizás la MTV todavia servia, había mejor televisión por cable, pasabas más tiempo con tus cuates y en la radios incluyendo las de Guatemala esto sonaba regularmente a diferencia de hoy en dia.

Yo también tuve esa maldita copia de Indica de Nevermind y no traia la canción inedita al final termine comprandole el Nevermind a un cuate que se volvio testigo de jehova creo yo y me lo dejo en un buen precio Q.50.00 quetzalitos una ganga ya que costaba por aquel entonces unos 125.00 en El Duende y Discos y Cosas el CD y lo mejor es que no era ni mexicano ni argentino sino que Gringo osea con sonido fabuloso.