Junior, el embajador de los perros
Junior, hijo de Kirby y de Friné. Su nombre completo es Junior Adonis. Su raza es spaniel tibetano, aunque tiene autoestima de doberman.
Hace 12 años me tocó escoger entre dos cachorros, ambos casi idénticos en forma y color negro. Eran hermanos, macho y hembra. Tuve una semana para decidirme. Yo jugaba mucho con ellos. Comencé a notar que uno era el más amable, saludaba a todas las personas que entraban a la casa y le gustaba quedarse dormido en las piernas de cualquiera. Fue fácil escogerlo al final. En mi casa le buscamos nombre durante un mes, hasta que mi padre lo llamó por Junior y él aceptó.
Ese año yo estudiaba ingeniería, carrera equivocada para mí, así que me capeaba y como todas mis amistades sí estudiaban, me regresaba a casa a jugar con el chuchito.
Siempre ha sido bondadoso. Cuando alguien se enferma, él lo acompaña y le lleva sus juguetes para animarlo.
Puedo decir que es cuate de mis cuates, ellos le tienen cariño.
Sigue saludando a cualquier persona que se acerca por la puerta principal de la casa, como amigos, familiares, el patojo del gas, basurero y testigos de Jehová.
Ama a los adultos, huye de los niños y odia a los de su especie. Debe ser por su pequeño complejo de superioridad.
Una de sus virtudes que más me divierte, es cuando en un salón lleno de personas comienza a surgir un aroma extraño, él llega a oler directamente al autor de la flatulencia. “Perro chismoso”, han dicho muchos.
Es un pidón profesional. Aunque no le guste lo que uno come, él pide, pide, llora y pide.
Ha sido un embajador de perros, porque personas que aborrecían la idea de tener una mascota, después de conocerlo se han comprado un chucho. Fácil conozco 7 nuevos fanáticos de perros caseros.
Es sobreviviente de tres operaciones, todas de los intestinos.
Su pasatiempo es hechar la hueva. Es mi fiel acompañante para ver películas en dvd. Hoy me hizo ganas mientras ví uno de Michelle Branch. Soporta la luz del televisor y el volumen fuerte, eso sí, me regaña si me muevo mucho porque eso sí le estropea el sueño.
Antes jugábamos mucho fútbol. Tenía un suéter amarillo así que lo nombraba Juninho, de Brasil. Era talentoso. Ahora en estos días, su edad y pocos dientes lo han obligado a retirase, aunque de vez en cuando peloteamos un poco con balones de algodón. Hoy en la tarde tenemos un reto, lo malo es que me desespera porque no pasa la bola, es muy chucho.
Comentarios
Tener una mascota es de los mejores recuerdos que uno podrá tener en la vida. Chuchos y cuates... en esta vida venimos a cosechar amistad con ambos.
Yo nunca he tenido una mascota así que no puedo opinar mayor cosa, pero imagino que ha de ser una amistad bien especial.
yorch: el perrito divo se llamaba Chuchilín. Grandioso.
Seletenango: Ya se ve cansado, verdad.
el verde: Estas cosechas a veces duelen, más con sus enfermedades.
andré: Es una amistad muy especial que se forma, ya te tocará algún día.
nicaprio: No entendí tu comentario. Pero gracias.
Con la ternura que hablas del animalito, lleve a la conclusion que en tu casa existe mucho amor, por eso es que a pesar de ser lo que es aprendio a amar.
Edgarín: Te entiendo mano. Los perros tienden a querer y atender a sus amos. Saludo.