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Mostrando entradas de diciembre, 2014

En la mejor discoteca del istmo, dicen, que la vida es más sabrosa

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Miré al cielo negro, sin estrellas, y pensé: ¿Qué hago aquí? Estaba sentado en un sofá de la supuesta mejor discoteca de Centroamérica, donde el precio de la entrada es de muchos dólares y los límites del derecho de admisión se van hacia el infinito y más allá. A mi derecha tenía a personas bailando, comiendo, tomando cocteles, pasándosela bien sin importar qué diablos sucedía a su alrededor. A mi derecha miraba la ciudad de Panamá a través de las paredes de vidrio del piso 62 del Hard Rock Hotel, donde hay una espectacular e inolvidable vista de 360 grados a edificios, al mar y a pequeñas luces callejeras. Por ratos descubrí que no me gusta bailar en las discotecas, bodas y demás ocasiones en mi país porque la música es horrible o ya me envejeció del aburrimiento. En Guatemala estamos bailando la misma música desde hace 5 años. Esa salsa, ese reguetón, ese interminable mix de Olga Tañón, ese maldito “Meneito” que me hace transpirar solo de ver la coreografía… eso no existía all...

Cuando me deprimo leo “Rockstar!”

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Llevaba más de un año de tener empolvado “Rockstar!”. Eso que mis libros favoritos estén empolvados me dice algo, mucho. Pero bueno, “Rockstar!” es un libro de Julio Prado, a quien tengo el gusto de conocer. Me lo vendieron en un paquete de cuatro poemarios. Aunque no soy experto, para mí no son poemas, más bien son historias cortas de este personaje que si no es Julio, bien tendrá mucho de él. La primera vez que lo leí andaba en depre total. La segunda y la tercera andaba a medias. Con tanto trabajo y estrés ya ni da tiempo para deprimirse tan seguido. Realista, oscuro, pesimista, víctima, fantasía, soledad, desesperación… hay un poco de todo. “Hoy el televisor tiene noventa y ocho pruebas contundentes para demostrar que no seré feliz / no tendré un gimnasio en casa / no seré el tipo que todas aman / ni tendré una esposa colombiana”, se lee. Su visión de la ciudad es tenebrosa. “Esta ciudad te permite morir sin conocer un hospital / cualquier acera puede ser tu camill...

La melancolía de Amable Sánchez Torres

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No soy un experto en poesía, pero cuando leí las colecciones de poemas “Nudos en la sombra”, “Delito mayor” y “Cosa cordial” de Amable Sánchez Torres, se abrió una puerta en mi mente. Vaya que la melancolía nos tira al suelo y juega con nuestros recuerdos como niño con trompo nuevo (o app de trompo en algunos modernos casos). Varios textos rozan con ser cartas de despedida antes de la muerte, con la idea de “ya me voy, estuvo bonito todo, hubiera querido más, hubiera preferido que fuera mejor”. “ No siempre estar despierto es estar vivo”, dice uno de los poemas. “Quizá somos los hombres como esas estrellas que murieron hace siglos y cuya luz nos llega todavía”, sigue. “Haber vivido, entonces, solo será un traspiés en la memoria”, remata. Tiene textos bañados en vacío y abandono, algunos en esperanza y otros en la urgencia por soñar, sin importar si sea dormido o despierto. “Yo me rebelo contra mi destino y le escupo a la cara a quien intente jugar conmigo a la gallina cie...