Igor comenzó la mañana tomando el sol, respiró aire fresco, meditó un poco.
Después se ejercitó durante unos minutos.
Luego practicó algunos riffs de la mejor banda del mundo.
Una pequeña casaqueada con un buen amigo, siempre sonriente y alegre.
Una película en casa para matar la tarde nunca es mala idea.
Intentó socializar con Esquirol, pero sus esfuerzos no tuvieron frutos.
Si no puedes contra ellos, úneteles. Dulces sueños.
Después de esta sesión, nunca más volví a ver a Igor.
Después de esta sesión, nunca más volví a ver a Igor.
2 comentarios:
Igoor, como amaba a ese matacho!!
Saludos, me has sacado una sonrisa con tu post.
María del Mar: Gracias. "¿Matacho?", siempre se aprenden cosas nuevas.
Publicar un comentario