lunes, 19 de diciembre de 2011

El camino de The Black Keys


Luego de los minimalistas y bañados en blues Magic Potion (2006) y
Attack & Release (2008), y el tenue Brothers (2010), el dúo The Black Keys lanza El camino (2011), basándose en su escencia rocanrolera y divertida, acercándose más a las propuestas de The Clash y ZZ Top. A este estilo los gringos le llaman cock-rock, confío en su diagnóstico.

En El camino hay menos blues y melodía, pero más rocanrol y ritmos con beats que recuerdan a las mejores bandas de pop ochentero. El sonido basado en el baterista Patrick Carney y el vocalista / guitarrista Dan Auerbach ha quedado en el pasado. Ahora suenan como una banda con más guitarras, un bajo, teclados, sintetizadores, coristas e inclusive aplausos.

Las movidas Money maker y Run right back obligan a moverse a cualquier cuerpo petrificado por falta de habilidad en el baile, como el mío. También lo hace Lonely boy, primer sencillo promocional del disco y el cual es tan contagioso que me atrevo a pronosticar será uno de los jingles y ringtones más escuchados de final de 2011 (su videoclip es fantástico).

Y la calidad de las letras no se queda atrás. En este nuevo disco son más directas y siguen la línea de anteriores obras, invocando temas de amores imposibles, tristeza y soledad; siempre con un toque honesto y en ocasiones sarcástico. “I should've seen it glow / but everybody knows / that a broken heart is blind”, dice la acústica y melancólica Little black submarines, y “why'd it take you so long? / every time I hear the whistle blow / I'm down below, your pawn”, canta la codependiente Dead and gone, antes de pasar a un reconfortante “nah nah, nah nah nah, nah nah (Whoa oh oh)”.

El camino, un disco chingón, rocanrolero, danzable y cocky. Recomendable.







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