lunes, 15 de agosto de 2011

Mañanera


Las lágrimas de la niña caían en su desayuno, un vaso de duropor con mosh. Pero aguantó el dolor y en segundos continuó su coreografía: llevarse la cuchara con cereal a la boca, suspirar, comer, limpiar lágrimas, volver a suspirar, volver a comer.

Su madre, quien se encontraba a su lado, recibía la segunda queja del día acerca de las mochilas que vendía. “Mire, mire, ayer me lo vendió y hoy ya se está descosiendo, devuélvame el dinero señora”, le gritaba un tipo de gorra con lentes oscuros.

La señora le explicaba que no tenía dinero y que no había garantía por tratarse de una venta callejera. Eso no impidió al hombre seguir berreando por su producto dañado. Después de unos minutos de discusión, la vendedora decidió darle otra mochila de precio similar a cambio para callar al escandaloso, quien sin agradecer se llevó su nueva pertenencia.

Ella susurró un par de maldiciones, empuñó la mano y la dejó caer en la cabeza de su hija por segunda vez. “Otra venta que devuelvo, mierda”, expresó entre dientes, mientras la niña siguió con su coreografía mañanera: suspiro, comer, limpiar lágrimas, volver a suspirar, volver a comer.

4 comentarios:

Miss Trudy dijo...

Que espantoso. La violencia es esa espiral, donde los desempoderados ejercen violencia de despecho contra los mas vulnerables a su alcance, en una de nunca acabar. Esa es la sociedad que seguimos creando.

David Lepe dijo...

Miss Trudy: estoy de acuerdo contigo. La violencia acá es un espiral. Saludos y gracias.

Issa dijo...

Que dura realidad la que se respira en el mundo, no solo en nuestra Guate...

Te felicito Lepe! :)

David Lepe dijo...

Issa: Sí, cada país tiene su estilo propio de violencia. Un poco de educación no está de más. Saludos Issa, éxitos en tus reuniones de trabajo.