Megadeth – el capitán nos entregó TODO
Diez en punto de la noche. Con la escenografía de su gira del 20 aniversario de Rust in Peace (y una manta de Vic vigilando la noche), Shawn Drover (con su clásica camisola de fútbol del país que visita, esa noche de chapín) nos saludó detrás de su bataca, luego salió Chris Broderick con su guitarra, el legendario David Ellefson con su bajo… y de manera misteriosa, lenta, sigilosa, entró al escenario Dave Mustaine. Y arrancó la tormenta. Dialectic chaos y This day we fight, las dos canciones que comienzan su nuevo disco Endgame, también iniciaron el concierto. Y la tercera fue la histórica Through the darkest hour.
Descansaron unos segundos, y dieron inicio a lo esperado: el Rust in peace tocado en vivo, completito, en orden. El mosh duró todo el toque, los cánticos de coros también. Hangar 18, más que demoledora. Take no prisoners y Tornado of Souls fueron eso, un tornado, volaron y atropellaron todo lo que encontraron en el paso.
Terminó el RIP, todos aplaudimos estupefactos, y siguieron con los dos sencillos promocionales del Endgame: Head Crusher y The right to go insane. Fuertes, modernas pero con toque de trash clásico, con personalidad.
Y lo mejor, la recta final, las fabulosas cuatro terminaron la noche. A tout le monde, hermosa, simplemente hermosa, murámonos todos con esta canción de fondo, con esta carta a nuestros amigos. Symphony of destruction hizo moshear hasta al más timorato, todo el público explotó, saltó, gritó, pateó, cabeceó, babeó... La penúltima Trust, tan popera, pero es lo máximo.
Y cerraron con… ¿con cuál otra? Peace sells… but who’s buying. Aunque éramos como 6 mil chapines, Megadeth se entregó como si tocara con lleno total en el Estadio Wembley. Las únicas palabras en mente para definir este dramático concierto son: “Ala grandiosa puta, ¡que buena mierda!”. El playera negra que no haya alucinado el toque, mejor que vaya el próximo mes a ver a Tito el Bambino, se la pasará a toda madre.
Momentos inolvidables:
Todas las metaleras y góticas que llegaron (se merecen un post para ellas solitas).
El cabezaso de un greñudo a la cámara de mi amigo Pato, y siguió mosheando como si nada.
Cada vez que Mustaine y Broderick nos regalaban solos de guitarra, la vida misma recobró sentido.
El padre y su hijo pequeño en el mosh, compartiendo, divirtiéndose.
Allan refiriéndose a Mustaine gritando “yo lo dije, no es humano ese pisado, es el Ángel Caído”.
Gabriel aceptando "hubo momentos, casi acabo".
El mismísimo Mustaine despidiéndose “You’ve been great, we’ve been Megadeth. Good Night Guatemala”.
Y la música de ambiente en el recinto al final. Un disco de AC/DC. ¿Serán los próximos?
Gracias Pato por la foto.
Comentarios
demonios
voy a buscarme un segundo trabajo, cuyo salario pague conciertos.
saludos hermano en armas.