lunes, 22 de febrero de 2010

Metallica – América de Hetfield


Tengo unos amigos quienes nos conocimos de adolescentes en un grupo religioso para jóvenes. Muchos dejamos la iglesia, pero la fraternidad perduró. América es una de mis mejores amistades de esos tiempos.

Una tarde del año 2000, ella hablaba con mis compañeros de la universidad. Relataba sus historias de fiestas, de discotecas y de sus canciones favoritas para bailar. “Ah, pero mi grupo favorito es Metallica, muchá”, dijo. Todos reímos. “En serio, tengo casi todos los discos, solo me faltan algunos como Master of puppets y …and justice for all”, añadió. Todos comenzaron a hablar de Metallica. Yo quedé sorprendido, porque tenía 7 años de conocer a esa colocha chaparrita, y no sabía de sus gustos metaleros. Le toqué el brazo y le pedí que no fuera mentirosa. “Siempre te digo que soy fan de Metallica, que James Hetfield me encanta… y vos nunca me creés, solo te reís”, concluyó.

A los días visité su casa y me enseñó sus discos, originales y cuidados como si fueran la joya más preciada en el planeta. Ahí estaban brillantes las portadas del álbum negro, de Load y Reload, Garage Days. Increíble. Era verdad su fanatismo, aunque fuera la mayoría del Alternative Metallica Noventero. Escuchamos algunas canciones y platicamos de la banda. Señaló una foto del vocalista y exclamó “me gusta cuidar mis cds y tenerlos en sus cajas originales, y me encanta James, vos, yo me casaría con él… no le vayás a contar a mi novio porque se enoja”.

Para un su cumpleaños, ella bajó de su caja fuerte (imagino) los discos y su novio de esa entonces los dejó caer. Tragedia total. Las cajas se quebraron, hubo que buscar debajo de los muebles los cds, algunos se rayaron. Ella se molestó mucho, pero aguantó como las hembras más machas. Hasta le fecha, todavía recordamos el incidente con humor ácido.

A principios del 2009 recibí su llamada: “vos, Metallica va a estar en el Foro Sol de México este año, ¿me hacés ganas?”. Yo en esa entonces tenía poco trabajo, ningún compromiso fuerte y algo de dinero. Le dije que sí pero con una condición, que un su amigo mexicano nos comprara las entradas. Nuestro contacto chilango nos quedó mal y no pudimos ir. Hoy, cargo nuestras entradas para el concierto del 5 de marzo en Guatemala. Se nos cumplió el deseo, veremos a Metallica, aunque ella en Gradas junto a su esposo y yo en Gramilla con mis amigos.

3 comentarios:

David Delio dijo...

Si algo detesto yo es que se rompan o rayen las cajas de los compactos y que se mojen los booklets ya me imagino el dolor que sintio.

David Lepe dijo...

Igual yo señor. Me cae como patada en los huevos. A mí se me acaba de caer uno que tenía en mp3 de Van Halen, mis favoritas. Me dolió. Gracias.

Gabriela Penguelly dijo...

¿Se casó con él a pesar de que le tiró su caja de discos? *O*