Una perra siciliana
No estoy maltratando a ninguna fémina. La segunda mascota que tenemos en casa es una perra de raza Esquimal Americano, la cual se puede explicar como una versión pequeña y de casa de los canes esquimales que acarrean trineos.
Se llama Sisi Antonella y confirma todas las características de su raza aparecidas en los diccionarios caninos: elegante pelaje blanco, doble capa de pelo, formidable como mascota y con los niños, le encanta que demuestren el afecto hacia ella, le gusta ladrar, recatada con extraños y juguetona a toda hora. Yo le añadiría: shute.
Su llegada a nuestra casa representa una de las decisiones de matriarcado más grandes en la historia de mi familia.
Madre: “Hay una perrita que me quieren regalar y la quiero aceptar”.
Padre, mis dos hermanos y yo: “No queremos otro perro, ya tenemos a Junior con él es suficiente”.
Madre: “Bien, votemos. ¿Los que dicen que puede venir y los que están en contra?”
Resultados votación: 1 a favor que llegara y 4 en contra.
Madre: “Perfecto, mañana traigo a la nueva perrita”.
En poco tiempo la perjudicada fue ella, porque pensó que se comportaría como una dama. Todo lo contrario, le comió cinco pares de zapatos, destrozó las bases de las camas y unos sofás, rayó puertas y se orinaba en medio del corredor. Fue una cachorra insoportable, con razón la estaban regalando. Ya se ha tranquilizado mucho.
No se deja tomar fotografías. Se enfada y nos pega. Talvez sentirá que le estamos robando su alma.
Con el tiempo nos ganó, es muy cariñosa y atenta. Yo siempre quise tener un perro peluche para abrazar, acariciar, usarlo de almohada, poncho para los brazos o cubrirme los pies. Con Sisi lo encontré.
Es muy juguetona y no da su brazo a torcer. Cuando va perdiendo un juego o se cansa demasiado, solo finge como si escucha ruidos y sale ladrando, dis que cuidando la casa. Es su trampa para no tirar la toalla. En las mañanas de fin de semana, lo despierta a uno ya sea con lamidas o colocando su pelota babeada en nuestra cara. Invitando a jugar.
Baila salsa, música de Kumbia Kings y vals. Después del baile, muerde a su pareja. Así es su estilo. Se pone muy triste cuando se queda sola con el otro perro, Junior, en la casa. Cuando regresamos, se encarga de regañar y darle manadas a cada uno.
Algunos libros explican los perros creen que el humano es su mascota. Con Sisi, siento se aplica a la perfección.
Comentarios
Vaya, se nota q la conocés muy bien. Mejor que el Junior diría yo.
Saludos a ambos chuchos, me parecen geniales pero no me animaría a conocerlos en vivo a todo audio, jeje.
Por tus detalles si dan ganas de abrazarla. Me llego lo del matriarcado. ;-)
Y Junior? que tal la acepto?
El vigilante: A Sisi creo que ni con los regalos más importantes del mundo. Es más que rogada.
Skunk: Creo que tu dinámica de disciplina cuenta con choques eléctricos o cinchos con púas. No se por qué tengo esa corazonada.
Abril: Los primeros días, Junior estaba como la gran diabla, porque ella como lo molestaba. Ahora son muy buenos amigos.