viernes, 30 de julio de 2010

Vidas ambulantes


Les comparto el trailer de Vidas ambulantes, un documental acerca de personajes quienes día a día trabajan en las bellas y desgraciadas calles de Guatemala. Vendedores de comida, de servicios, de música... mucha música. Canciones buenas y no tan buenas, pero interpretada por ellos se escuchan dolorosas y devastadoras.

Un negrito de barba blanca y pelo rasta, quien sale en las imágenes tocando la harmónica, ya lo he visto en acción, es buenísimo. Toca rolas clásicas de rock, folk y reggae setentero.

Para conocer más sobre el proyecto y sus realizadores, visiten el sitio de Cuatro Caminos. El documental se presentará el viernes 5 de agosto en Teatro Bellas Artes, a las 7PM, si se quieren llegar, están invitados.

lunes, 26 de julio de 2010

La Bella y la Feminista, o la Playboy y la Intelectual


Como es costumbre, desempolvo sucesos viejos para reflexionar un poco y ejercitar al hamster que llevo adentro del cráneo. Un domingo de mayo del 2010 se publicó en elPeriódico la colorida entrevista “Siempre quise ser una conejita de Playboy”, en la cual la guatemalteca Karla Baso contó sus experiencias en ser la primera chapina en posar desnuda para una edición de Playboy. Ella fue La chica de acero de la edición marzo de Playboy México. Lindo nombramiento. Esa nota aquí.

La periodista encargada de la entrevista fue Paola Hurtado, quien siempre cuenta sus crónicas y reportajes con una habilidad envidiable de abstracción y presentación de detalles humanos. El artículo está bañado en cultura chapina relatando si hay que tener busto grande para posar en tal revista, la manera en que le contó a su mamá del desnudo y si le dio vergüenza, así como los beneficios profesionales tras su decisión. Un texto curioso, llamativo, elemental y light, dominguero como uno la necesita. Ya de manera subjetiva, confieso que la patojona me gustó, tiene un cuerpazo, mirada provocativa… toda una chica Playboy.

Días después la columnista Karen Cancinos, también guatemalteca y quien debe estar acostumbrada a fuertes críticas por alborotar hormigueros, se lució criticando de manera muy puntual (como siempre) a la nudista y al artículo. Tacha las fotos de vulgares y pornográficas (Karla dice que son artísticas), tacha el criterio de elPeriódico por ponerla de ejemplo para las mujeres guatemaltecas, tacha de mente corta a la modelo por comparar su éxito con el de Ricardo Arjona. La columna aquí.

Todo lo anterior no me sorprende. Esto sí: alrededor de cada diez lectores de la columnista, solo uno defiende su posición. Los demás bromean o se burlan, aconsejándola que no sea envidiosa de la belleza de Karla y preguntándole sobre su criterio acerca de la libertad de expresión. Todo un festín, en ocasiones hasta gracioso.

Así que, las preguntas que se me vienen a la mente son: ¿será un logro nacional la publicación de estas fotos? ¿Debemos sentirnos orgullosos los chapines de que ya tenemos nuestra propia chica Playboy? ¿Es un mal ejemplo para las mujeres y niñas de nuestro país, la idea que desnudarse atrae éxito profesional? ¿A una mujer intelectual le dolerá que la maltraten diciéndole "fea", y a la bonita le afectará que le digan "bruta"? ¿Cuántas veces escribí “Playboy” en este post? ¿Qué más piensan ustedes?

Para ver las famosas fotografías, están en todo su esplendor en este link.

lunes, 19 de julio de 2010

Los Pitufos - ¿Demonios, drogos o comunistas?


Decían que los pequeños azules en realidad, eran demonios. Utilizaban gorro blanco para esconder sus cuernos. Los muñecos cobraban vida en las noches y le hacían daño a sus dueños, niños la mayoría. Si tirabas el juguete a la basura o un barranco, entonces regresaba y lastimaba al más pequeño de la familia. Inclusive, el vecino del amigo del primo de un mi compañero de colegio, sufrió de esos aruñazos en su brazo y mejilla izquierda… lo juraba. Parecían rasguños de gato.

También existe la teoría de que The Smurfs son producto de una bebida alucinógena creada y consumida por Gargamel. Este cuate se pone bien azul, y ya pedo mira monstruitos del mismo color. La clave es que los hongos donde supuestamente viven Los Pitufos son ingrediente clave en su pócima “medicinal”. Por eso su odio, sus deseos de aniquilarlos y robarles las pituficasas. Y Azrael… él es un gato cool.

Y muchos críticos han dicho que Los Pitufos es una obra que lanza un mensaje comunista a la niñez. ¿Por qué? Pues muestra una comunidad donde cada integrante sale adelante con sus virtudes específicas, pero nadie es más que nadie. Aunque son diferentes, al final del día todos tienen lo mismo. Además, no utilizan dinero para intercambio de bienes y servicios.

Pero Hollywood tiene otra idea, y es que ahora les blues serán arrojados por Gargamel a nada más y nada menos que Nueva York, ese lugar donde Godzilla fue a poner sus huevos, King Kong hizo berrinche, alienígenas visitan cada año y el fin del mundo inicia. Bárbara originalidad de los guionistas gringos.

Así que… ¿Pitufidemonios? ¿Pitufialucinógenos? ¿Pituficomunistas? ¿pitufimoviewillsuck? (insertar música de Dimensión Desconocida… y fade out).

lunes, 12 de julio de 2010

Ala que cool pues


En vez de responder “de verdad” o auque sea un vulgar “tná”, ella gritaba “Ay no, júremelo, por Dios”. Insistía en utilizar la muletía “pues”. Y sí, sus pestañotas se veían preciosas durante sus parpadeos, los cuales indicaban que no entendía nada de lo que le hablaba. Y también sus labios brillantes lucían jugozos, menos cuando de ellos salía la frase “ala que cool, pues”.

Yo sé, es joven. Y sí, entiendo que tiene todo el derecho de hablar como se le ronque el trasero, llamativo y redondo por cierto. Está bien, no soy nadie para criticar su frivolidad y desequilibrio cerebral. Pero hay momentos en que la tolerancia se liquida y dar media vuelta es lo mejor.

Qué inmadura. Qué fresada. Qué viejo cascarrabias me he convertido.

lunes, 5 de julio de 2010

Llorón de butaca


Soy un llorón para las películas. Sin ser tan tristes, solo con un poco de emotividad ya suelto lágrima. Lo reflexioné con el post Kleenex riguroso del blog Por aquí te veo.

En verdad, no importa qué tan cursi, fresa o manipulador sea alguna escena o final, pero si llega a tocar ese nervio raro en mí, salgo mal parado y lloro como si acabara de morir un ser querido. Y es extraño porque en ocasiones sé que no debo llorar, no debo llorar… y termino limpiando mi cara de una mezcla extraña de lágrimas, sudor y mocos.

No hablo de las películas estilo gas pimienta, como El niño con pijama a rayas o la snuffeada La pasión de Cristo. Me refiero a otras. En estos momentos las que recuerdo casi me noquean son The cyder house rules (me descompuse), Hachiko (ni me pongan a un chucho sufriendo) y Big fish (ya había aguantado, pero las notas de Man of the hour durante los créditos produjeron el fatality).

En ocasiones he sido consiente de lo manipulador del guión, y de todas maneras pego el aullido, como en When a man loves a woman (cuando Andy García se despide de su hijastra… ay mis hijos) y Voces inocentes (contando los horrores de narración, junto a mis lágrimas).

La escena en The time traveler’s wife, cuando él viaja y ve en el pasado a su madre en el metro, así como cuando en I am Sam , Sean Pean camina el paso de zebra con sus amigos, todos con su globo, son inolvidables. O cuando el niño se despide del Mamut en la Ice Age.

Y de Dancer in the dark, What dreams may come, Awakenings y Dad se me dificultó recuperarme. Tardé días. Y cabe mencionar las vistas este año: Everybody's fine y Toy Story 3.

Cualquiera pensará que tengo una playera en casa con la frase bordada en letras gigantes y doradas “El cine se hizo para sufrir, Y ME ENCANTA”, pero no, lo juro, no es así. Me da un poco de vergüenza, pero qué jodidos, hay que sacar el estrés de vez en cuando.

Y no es que me encanten las lágrimas, pero otro día les platico sobre mis discos lacrimógenos.